Barcelona (España. EFE. Los ensayos de la nueva vacuna contra la malaria desarrollada en Barcelona revelan que protege a la mitad de los niños, pero este es el nivel máximo que puede ofrecer el tratamiento, por lo que se deben explorar nuevos caminos para mejorar su eficacia.
Lo que esta vacuna podría ofrecer técnicamente ya es lo máximo, así que para obtener más nivel de protección habrá que cambiar de aproximación, explica en una entrevista con Efe el doctor colombiano John Aponte, que trabaja en el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB).
Doctor en Medicina por la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá y Máster en Estadística Médica en Londres, Aponte llegó a Barcelona en 1996 para continuar sus trabajos sobre la malaria en el equipo del doctor Pedro Alonso, que lidera las investigaciones sobre esa enfermedad. Los primeros resultados del ensayo clínico de la vacuna RTS,S en la fase III, la más avanzada y la previa al registro por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se presentaron el pasado octubre y supusieron un hito en la historia de la medicina.
Sobre una muestra de niños vacunados entre los 6 y 18 meses, los resultados arrojaron una protección en el 56 por ciento de los casos frente a la malaria clínica y de un 47 por ciento frente a la malaria grave. Se trata del ensayo clínico más extenso jamás realizado en niños africanos, con una muestra de casi 16.000 menores y con la participación de 11 centros de investigación en África y sus correspondientes centros asociados en países desarrollados, como es el caso del CRESIB, vinculado a la Universidad de Barcelona y al Hospital Clínic.