Crónica de una muerte anunciada es una laureada novela del colombiano García Márquez que le viene como anillo al dedo a la situación de los bateadores que se miden contra el lanzador relevista César Valdez, de los Orioles de Baltimore.

Y es que las Notas Pre-Juego del equipo de la División Este de la Liga Americana nos presentan el relevante dato de que los rivales de Valdez están sentenciados al paredón de fusilamiento cuando le llegan a dos strikes: ¡Tienen de 15-0!

Valdez no es el tradicional cerrador que avasalla a la oposición con lanzamientos de fuego. Por el contrario, el veterano dominicano es un certero tirador de strikes que peina la zona del pentágono con envíos danzantes que parecen avanzar en cámara lenta.

Valdez no es un ponchador profuso al estilo de un Liam Hendricks, de los Medias Blancas de Chicago (15.43 por cada 9 episodios) pero hasta ahora el derecho ha dominado con su variedad de serpentinas.

Con esas armas de baja velocidad y una variedad de ángulos de su brazo, Valdez ha ponchado a 11 bateadores en 10.2 episodios, y sus 5 salvamentos lo sitúan en la cima de la Liga Americana.

Valdez, quien solamente ha concedido un boleto gratis, ha mantenido a la oposición en un porcentaje de slugging de .225 desde que se unió a los Orioles de Baltimore el 25 de agosto de la pasada campaña cubriendo un total de 18 partidos.

Ese es el segundo mejor promedio para un lanzador de Liga Americana en ese lapso con un mínimo de 20 entradas lanzadas.

El criollo ha sido particularmente eficaz frente a los Yankees de Nueva York, un frecuente rival de la División Este, a los que no ha permitido una carrera limpia y solamente cinco hits en un total de 9 episodios.

Valdez abrió los ojos de los Orioles luego de una sensacional actuación en la Liga Mexicana en el verano de 2019 cuando tuvo record de 15-2 y una efectividad de 2.26. Él siguió a ese trabajo con una nítida labor en la Liga Dominicana de Invierno en la que tuvo marca de 4-1 y un promedio de carreras limpias de 1.11.

Un Apunte

El cambio de velocidad de Valdez, que él ha bautizado como “Pescado Muerto”, se mueve a 78 millas por hora que es un poco más rápido que un lanzamiento de nudillos pero con un efecto muy similar. El pitcheo se hunde y sale en la zona y los oponentes se encuentran con que es muy difícil poner la pelota en juego.