En el deporte dominicano siempre aparecen esas historias que terminan engrandeciendo al país, a una disciplina, un atleta o un entrenador en particular.
El más reciente ocurrió hace semanas cuando dos de las joyas que ganaron medalla de oro fueron esculpidas desde niñas por un entrenador de ascendencia dominicana, que por decisión propia se interesó por representar al país con sus atletas en certámenes internacionales.
Su nombre: José Guerrero Ramos.
De 50 años de edad, Guerrero comenzó a hacer contactos con las autoridades del deporte nacional hace siete años, específicamente con la Federación Dominicana de Karate (Fedokarate).
Y tuvo la fortuna, según sus propias palabras, de que su acercamiento tuvo la receptividad de los directivos y el cuerpo técnico de la federación, en las personas de José Luis Ramírez (Borola), presidente de Fedokarate) y Antonio -Toñito- Vólquez (director técnico).
Guerrero es el responsable de tallar a Tanya y Sasha Rodríguez, quienes aportaron dos de las 10 preseas de oro que ganó el país en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 (26 de julio al 11 de agosto).
Sasha se coronó en kata por equipos, junto a con María Dimitrova y Franchel Velázquez, mientras que Tanya fue la campeona de los 68 kilogramos.
Entrenador y cinturón negro quinto dan del estilo Shito Ryu, lo mismo que en karate, el nacido en Nueva York es hijo de José Guerrero Sr. y Alicia Ramos. Además de técnico, es un sargento pensionado de la policía de ese estado de los Estados Unidos.
Orgullo patrio
José Guerrero Ramos dijo que cuando hizo contacto con José Luis Ramírez, en el 2012 para ofrecerle sus servicios y poner sus atletas al servicio del país, “lo primero que le pedí fue que me abriera las puertas, y le manifesté que él (Borola) no podía negarme el orgullo de ser dominicano y representar a mi país”.
EL DATO
Guerrero reveló que desde el año 2012 buscó la manera
de que sus atletas representaran al país
Asistió con sus recursos al Mundial de París para contactar a la dirigencia dominicana de la Federación de Karate
Pese a llevar el mismo apellido y tener casi la misma edad, las atletas Sasha y Tanya no tienen rasgos de familiaridad
