Como decir casa, parque, escuela, sanatorio o sitio de trabajo. Por ejemplo. Lugar adonde vives, estudias, trabajas y te distraes. Ejerces un oficio digno y provechoso, como todo aquel que demanda nuestra fuerza física y/o un desempeño mental o intelectual apropiado.
Familiaridad o sentido de pertenencia que adquirimos con el correr del tiempo, gracias a lo cual nos identificamos con eso que nos hace parte de una comunidad. Es decir, de un propósito colectivo.
Esto, de ningún modo, nos sustrae de las tareas particulares que demanda un proyecto de vida individual. Por el contrario, nos reafirma en la condición de ente social por antonomasia cuyo compromiso está estrechamente vinculado a nuestro devenir, como gestores de planes comunes y particulares. En fin. La suma de éxitos tiene cono resultado la conquista de grandes logros.
De ahí que el vecindario, con sus virtudes, nos induzca o retorne a la vocación gregaria que, por naturaleza, llevamos en la sangre. De hecho, la facultad de promover acciones colectivas es uno de los grandes aportes de la democracia. El papel de los partidos políticos constituye una evidente muestra de las bondades del sistema.
En este punto, vale retomar o reforzar el sentimiento de seguridad y libertad que nos ofrece ese núcleo o espacio social que, con agrado, llamamos vecindario. En el entendido, por supuesto, de que, más que un lugar común o espacio físico, es una actitud que comienza con el amor de cada quien por todo lo que le rodea, lo cual posibilita, en fin de cuenta, una vida mejor. La unidad hace la fuerza, y la vecindad que nos identifica nos convoca.