La República Dominicana pierde un hijo meritorio, cuyo paso terrenal fecundo y luminoso le aseguran un merecido lugar en la memoria histórica contemporanea y en la conciencia nacional. Un hombre de estado eficiente y pulcro, brillante jurista y orador, de fino trato e inmenso carisma, que desde joven mostró que era de una estirpe superior, logrando una hoja de servicios como pocos en nuestro país.
Víctor Gómez Bergés, santiaguero de pura cepa, incursionó a temprana edad en la política, fue académico, literario y judicial y catedrático universitario. Graduado de Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y posteriormente de Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana de Roma. Fue designado como Secretario de Estado de Educación con apenas 30 años y luego Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, siendo el canciller más joven del país con 32 años de edad.
Fue electo en 1978 Senador de Puerto Plata por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) hasta 1982. Desde el 1983 hasta 1996 ocupó posiciones como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Dominicana en el Vaticano, Argentina, Haití y otros; Miembro del Consejo de Administración de la Corporación Dominicana de Electricidad, Jefe de Campaña de la reelección de Balaguer para la Zona Este del país, primer dominicano candidato a la Secretaría General de la OEA, entre otros importantes cargos.
Desde 1996 hasta el 2000 ejerció su profesión en su firma de abogados “Bufete Gómez Bergés”, así como docente, Catedrático de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm). Fue Diputado de la República Dominicana ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen), hasta 2004.
Fue elegido por el Consejo Nacional de la Magistratura como Juez del Tribunal Constitucional, en el 2011 hasta el 2018. Publicó varios libros, entre ellos; «La agroindustria, factor básico para el desarrollo de nuestros pueblos»; «Las causas de dos derrotas»; «Solo la verdad»; «Verdades ocultas del Gobierno de Juan Bosch» y de la Guerra de Abril; «Balaguer y yo, la historia».
Don Victor fue amigo entrañable de nuestro padre Juan Arístides Taveras Guzmán, y desde muy jóvenes incursionaron juntos en la política a través del Movimiento Nacional de la juventud (MNJ). Nuestra familia agradece infinitamente las palabras brotadas de su alma con un panegírico memorable y excelso que pronunció al despedir a nuestro padre fallecido en 2017. Nuestro mas sentido pésame a su esposa Carmensina Casanova; sus hijos Víctor Osvaldo y Clara,
Maeno y Ramón Emilio, Tania y David, Quilivio y Carolina; sus nietos, bisnietos y demás familiares. Descanse en paz, con la satisfacción del deber cumplido.