La falta de estacionamientos en el Gran Santo Domingo y otras ciudades ha generado grupos de “vivos” que cobran a las automovilistas por el uso de la vía publica cuando tienen necesidad de estacionarse en lugares de grandes flujos bajo el argumento de “cuidar” el vehículo y las pertenencias en el interior del mismo.
Algunos “parqueadores” llegan al extremo de colocar obstáculos para “proteger su propiedad”.