Más detalles sobre el lenguaje de la pobreza que se ha metido en nuestras conversaciones, hablándonos al oído. Para no arraigarla, deberíamos erradicar para siempre algunas expresiones de nuestro vocabulario. Entre ellas:
Hay que prestarle atención a las palabras. Una palabra es un pensamiento hablado. Un pensamiento es una palabra en silencio. Las palabras son un poder, energía creadora: crean ideas, crean sensaciones; lo que escuchas puede determinar lo que sientes. *¡Las palabras crean cuadros mentales!*
Un consejo popular dice: _»piensa antes de hablar.»_ La verdad, no obstante, es que nadie puede hablar sin pensar. Cuando alguien dice algo «sin pensarlo», en realidad lo pensó sin darse cuenta; fue un proceso que ocurrió en su subconsciente y que pasó inadvertido.
Es casi un acto automático. Del mismo modo que nadie puede dar lo que no tiene, nadie puede expresar lo que no piensa. Incluso, el acto de mentir, exige un nivel de pensamiento y creación. Las palabras tienen poder porque son escuchadas en la mente, tanto del que las oye como del que las pronuncia y las convierte en imágenes.
Cada palabra la hemos asociado a una imagen y a una determinada sensación. Por ejemplo, cuando escuchas la palabra “avión”, lo más probable es que tu mente ve un avión eincluso lo ve volando.
Las palabras crean imágenes y esas figuras mentales amplifican lo que somos. Tienden a acentuar nuestros sentimientos más básicos. Las palabras son decretos. Está en el libro de Proverbios, escrito por el Rey Salomón: _¡La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos!._ Otra traducción dice: _¡Quien habla del bien, del bien se nutre!._
Cuando escuchas con detenimiento el vocabulario de la mayoría de personas (quizás el tuyo también y no lo habías notado), lo que encuentras son palabras de escasez. Al ser pronunciadas constantemente, *esas palabras son semillas de pobreza*.
Por ejemplo: «ojalá», «vamos a ver», «hay que probar suerte», «Dios quiera». Eso es pobreza mental que se expresa como pobreza en el vocabulario. *¡Cambia tus códigos mentales y tu vida cambiará!* Las escrituras dicen: _*¡De la abundancia del corazón, habla la boca!* Hablemos entonces, de *abundancia*.
Por: Jorge Herrera