Editorial

Voluntad

Voluntad

Si el proyecto de Ley de Partidos Políticos no ha sido aprobado después de unos 13 años en que fue presentado por primera vez al Congreso Nacional ha sido por falta de voluntad de los legisladores y, en menor medida, de las propias formaciones y el liderazgo político y la sociedad civil. No hay que dar vueltas ni buscar pretextos baladíes para justificar el desinterés frente a una pieza que no procura más que regular el quehacer electoral.

Ya en una ocasión el presidente del Senado y secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Reinaldo Pared Pérez, había rechazado las presiones en torno al proyecto con el infeliz argumento de que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) tampoco se interesó en sancionarlo, como si se tratara de una lucha de poder y no de sentar las bases para fortalecer el sistema democrático, cuando era mayoría en ambas cámaras legislativas.
El debate ha vuelto sobre el tapete con la interpelación del presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, al presidente Danilo Medina para que haga “honor al compromiso con los partidos políticos y la sociedad civil” de impulsar en el primer trimestre de este año la aprobación de la controversial pieza legislativa. “Llegó la hora de hacer lo que nunca se ha hecho: modernizar de una vez por todas el sistema electoral a través de un marco jurídico acorde con los tiempos que vivimos”, acotó.

El proyecto es tal vez el único capítulo pendiente del acuerdo denominado “pacto de las corbatas azules” suscrito en 2007 por el entonces presidente Leonel Fernández y el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, que incluyó la reforma de la Constitución, la designación de los jueces de las altas cortes y otras iniciativas. Aun así, el partido en el poder, que renovó su mayoría legislativa en los comicios de 2010, se ha mostrado hostil a la conversión en ley de una pieza consensuada en diferentes ocasiones.

El bloque de diputados del PLD ha rechazado que sea responsable del atasco del proyecto de ley. Pero la realidad no deja el menor lugar a dudas de que si el peledeísmo contara siquiera con un ápice de voluntad hace tiempo que esa pieza que reclaman y apoyan todos los sectores hace tiempo que rigiera el quehacer político en República Dominicana. Por su mayoría para aprobarla fue que el presidente de la JCE sentenció que “será culpa del PLD y nadie más que la ley siga engavetada”.

Es tiempo de olvidar tanto el pasado invocado por Pared como los argumentos baladíes de los diputados del PLD para impulsar una iniciativa que, además de aportar transparencia al proceso político, constituye una real necesidad para consolidar el sistema democrático. El clientelismo, el uso de los recursos públicos, la falta de democracia en los propios partidos políticos y otras lacras tienen que ser definitivamente erradicados del ejercicio político en el país.
Basta ya de pretextos.

El Nacional

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