Editorial

Volver a la normalidad

Volver a la normalidad

No será fácil retornar rápidamente a la normalidad ante los estragos causa­dos por una tormenta que no termina de despejar el entorno nacional satura­do por días de intensos aguaceros, pero se requiere emprender de inmediato esa tarea con énfasis en la reparación de viviendas e infraestructuras viales.

Los daños mayores se centran en pro­vincias del litoral sur y el Gran Santo Domingo, todos los cuales están rela­cionados con desbordamientos de ríos, arroyos, cañadas y deslizamientos en zonas altas, por lo que se requiere am­pliar la distribución de alimentos, col­chones y frazadas.

El presidente Luis Abinader dijo que el Gobierno y todas sus instituciones tra­bajan para salvar vidas y poder llevar normalidad a todo el territorio nacional, que seguramente incluiría la reapertu­ra de labores y docencia a partir de ma­ñana, con la previsible reducción de los efectos de Melissa.

Las autoridades deberían abrevar en experiencias recientes de afectación de tormentas que, cuando se alejan del te­rritorio nacional, también se desvanece el interés oficial por auxiliar a comuni­dades que sufrieron los estragos de esos fenómenos meteorológicos.

Labores de auxilio, mitigación y repara­ción de daños materiales no deben dete­nerse ni dilatarse por desidia, indiferen­cia o negligencia de instituciones oficiales o gobiernos municipales, ni tampoco de propagar narrativas que desdibujen rea­lidades dramáticas que padecen asenta­mientos vulnerables.

En algún momento la tormenta o hura­cán Melissa se alejará con sus campos nu­bosos, por cálidas aguas del mar Caribe y dejará atrás una estela de calamidades, mayores o menores, que el Gobierno, al­caldías y propias comunidades están com­pelidos a afrontar.

No basta con repetir que el agua redime los males que causa, porque para ello se requiere que las autoridades apliquen en lo inmediato un programa de preparación de fincas y parcelas, distribución de semi­llas y plántulas a los fines de aprovechar los predios agrícolas hoy saturados por el prolongado período de lluvias.

La normalidad se reconquista con trabajo intenso, arduo, continuo de construcción o reparación de viviendas, escuelas, puen­tes, carreteras, caminos vecinales, canales de riego, distribución de enseres domés­ticos y programa de vacunación, así como rápido abordaje al sector agropecuario. La población aguarda por el Gobierno.

El Nacional

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