Los militares y los policías no pueden entrar al terreno del partidismo. Su misión es de mantener el orden, la territorialidad, los valores patrios y ser guardianes de la democracia.
Entrar el partidismo en los organismos de seguridad, es un desatino. Además, la Constitución de la República es clara sobre la misión de las instituciones armadas. No es aceptable que se ponga a votar a los militares en las elecciones nacionales.
No es una medida práctica. Si los militares tienen el derecho de votar, se les autorizaría a realizar campaña en los cuarteles, y esos sería negativo.
Hace años que salieron de la palestra los militares y policías partidistas. Es más, se recuerda una de las etapas del presidente Joaquín Balaguer donde los uniformados ponían la banderola roja en el cañón de los fusiles.
Los militares ejercían labores político-partidistas, ponían a votar por un candidato a sus familiares y atemorizaban a la población contraria al gobierno de turno. Una etapa de la vida nacional que no debe volver a repetirse.
Con el advenimiento de gobiernos más democráticos se sacaron a los militares del accionar político. Hay que dar sus créditos a las gestiones de Don Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco, que abrieron brecha a la nueva democracia.
Para que voten los militares hay que hacer reformas a la Constitución. A nadie con buen juicio social se le ocurriría en estos momentos pedir una reforma constitucional, que entre otros puntos, tenga a validar las votaciones de los guardias.
Pensar siquiera en una nueva reforma constitucional es una locura. No hay camino abierto a ponerle de nuevo las manos a la Constitución, y menos para servir de trampolín a una idea que no se puede justificar por ninguna vía.
Llegará algún día la oportunidad de que los militares voten en las elecciones. En muchos países cumplen con ese deber cívico, pero no es saludable para el país llevar el partidismo a los cuarteles.
El que vota también tiene derecho a ser elegido, y para discernir sobre lo bueno o malo de las candidaturas el militar tendría que participar en actos de campaña.
Que nadie hable del voto a los militares, ellos tienen su deber sagrado que es ser la columna de base sobre la que descansa el orden, la democracia y la estabilidad del país.
Hora es de meditar y pasar revista al pasado dominicano y comprender que no es correcto el voto de los militares. Cualquier iniciativa en ese sentido debe ser congelada.
Por: Manuel Hernández Villeta

