Por primera vez, después de 20 años en prisión, el exconvicto Juan Manuel Moliné Rodríguez pasó la noche en compañía de sus padres, luego de haber sido liberado tras cumplir la condena que le impusieron por el asesinato del menor Rafael Llenas Aybar, en 1996.
Moliné Rodríguez retornó ayer a su hogar familiar con un mensaje de arrepentimiento, un pedido de perdón a la sociedad y un llamado a los jóvenes a seguir los valores que les inculcan sus padres, alejarse del crimen y de las malas influencias.
Al llegar a su residencia, ubicada en el sector La Castellana, de la capital, acompañado de su padre Guarocuya Moliné, dijo que pedía perdón una vez más a la familia de Llenas Aybar, así como a la sociedad, ya que actuó de una manera equivocada en una época donde él era un joven de 18 años.

