El título de esta columna es una pregunta en un momento que ha comenzado hacer dramático para la tranquilidad, el bienestar y el desarrollo de nuestro pueblo, nunca el autor de esta columna ha creído que nuestro pueblo es temeroso.
Desde la Insurrección de Enriquillo, 500 años atrás, que los españoles no pudieron vencerlo, ni someterlo a su obediencia absoluta, tuvieron que traer a un Emisario Especial del Monarca Español que se entrevistó con Enriquillo, que era en la realidad de los hechos, fundador de la “Escuela Militar Dominicana”, “Capitán Invicto de América, pasando por los episodios de la Independencia, La Restauración de la Guerra de los 6 años”, hasta desembocar en los Próceres de abril de 1965. El escenario geográfico de la Isla de Santo Domingo y de nuestra media isla, ha sido teatro de serios y profundos conflictos cuyas consecuencias han influido y generados acontecimientos de gran importancia en la vida de otros pueblos de Hispanoamérica.
Pero ahora estamos emplazados por ese “Conglomerado Humano”, como lo llamó Juan Bosch y que todavía; ni existe la república de Haití y menos el Estado haitiano, estamos presenciando que esa parte de la Isla de Santo Domingo es un infierno de violencia y desórdenes, que ni la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ni la desacreditada Organización de Estados Americanos (OEA), con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos de América, Canadá y Francia, se han negado a enfrentar con la responsabilidad histórica que tienen y con el poder económico que los mantiene como países de extraordinaria influencia en la vida de los otros pueblos del mundo.
Esos gobiernos lo que realmente les interesa y lo que quieren es que los dominicanos se hagan cargo en toda la extensión de la palabra del conglomerado haitiano.
¿Y ahora qué? Esas organizaciones internacionales (ONU) y (OEA) y los gobiernos estadunidenses, canadiense y francés, están siendo emplazados y desafiados por las pandillas de criminales, asesinos, violadores de mujeres y niñas, que han obligado a varios de esos gobiernos a ordenar el retiro de sus diplomáticos designados como embajadores y otras funciones en el escenario haitiano.
preocupante es el desafío al pueblo dominicano que ha llegado a la realidad de hechos inaceptables porque los haitianos no conocen la historia del pueblo dominicano y el pequeño grupejo de periodistas, comentaristas de radio y televisión, aunque han perdido el juicio de lo que está sucediendo en Haití.
Los dominicanos no vamos aceptar la irresponsabilidad cobarde, ni vamos a borrar y traicionar el recuerdo no solamente de Enriquillo ni de “Los Trinitarios, Fundadores de la República”, la valentía y agresividad de los héroes de La Restauración, iniciada el 16 de agosto de 1863, y de los Héroes Mártires y Próceres de esa Epopeya que conmovió al mundo, a partir del 24 de abril de 1965, la consigna fue la que llevaron los dominicanos que encabezado por Máximo Gómez y otros enseñaron a pelear a los cubanos y consumaron la Independencia de ese pueblo hermano, que como dijo Máximo Gómez, “entre Cuba y Santo Domingo existe una cadena de unión cuyo primer eslabón lo forjó Hatuey con su sangre”. Si los haitianos están locos y los poderosos que tienen la responsabilidad tienen miedo, los dominicanos no: “Patria o Muerte, Venceremos”.