Si en el año de la Transparencia y el Fortalecimiento Institucional, el Gobierno declaró en mil millones de pesos el costo de un parqueo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y Leonel Fernández creó las condiciones para lograr el control total del Estado y los partidos, no causa extrañeza (aunque sí indignación), que en los primeros 20 días del Año del Fortalecimiento del Estado Social y Democrático de Derecho, la Policía Nacional haya matado más de 14 personas.
A la designación a nivel nacional del año 2012 (decreto 768-11) siguió la declaración del jefe de la Policía, José Armando Polanco Gómez, de que, en muchos de los casos de muertes y torturas denunciados por la Comisión de Derechos Humanos, los agentes, ciertamente, cometieron excesos.
Corrupción, politiquería y abuso, el presidente los disfraza con declaratorias y poses no siempre bien logradas, y los generales apañando el crimen y negando que las ejecuciones extrajudiciales forman parte de una política de Estado.
Hay que reiterar la condena a este infame ejercicio, y llamar la atención sobre una forma de chantaje que toma cuerpo en este momento y se refleja en dos hechos:
El año pasado, ante el robo de un avión en el aeropuerto de El Higüero, los organismos de seguridad del Estado quisieron evadir responsabilidades con un informe en el cual se menciona a alguien no implicado y que está en conflicto con Leonel Fernández, el general Rafael Pércival Peña. Del mismo modo, en días recientes, levantaron de la nada un expediente contra el joven economista Hecmilio Galván, para desacreditarlo por participar en protestas. De paso, buscan presentar la protesta como acción de inadaptados y delincuentes. ¡Sucio propósito de un gobierno represivo!
¿De cuál democracia y de cuáles derechos habla Leonel? Hipólito Mejía y Danilo Medina no son agentes de cambio, de modo que el cambio no vendrá en agosto.
Las conquistas solo se logran en la lucha contra un sistema que siempre actúa en perjuicio de las mayorías y que otorga privilegios a criminales, saqueadores y chantajistas, porque tienen su sello…
