Opinión

A ustedes, honorables

A ustedes, honorables

Susi Pola

Hoy, las dominicanas somos sus hijas, sus madres, sus hermanas, sus nietas, las que solicitamos leyes justas e inclusivas.

Hoy, las dominicanas somos las que más votamos: del total de 6 millones 765 mil 134 personas votantes habilitadas en las elecciones de 2016, un 50.84%, éramos mujeres.

Las dominicanas decidimos el voto, no los dominicanos y mucho menos, las iglesias.

Hoy, las dominicanas morimos por causas asociadas a la maternidad y somos el segundo país del Caribe en la estadística vital, con 168 muertas para el año 2016, pese a que 97% de los partos en el país, se realizan en centros de salud. De acuerdo a la Sociedad de Ginecología y Obstetricia, el 20% de las muertes maternas, son por abortos ilegales e inseguros. Hasta mediados de mayo de este 2017, 56 mujeres perdieron la vida durante el proceso de parto o posterior a él, cifra registrada por Epidemiología.

Hoy, las dominicanas vivimos en un país que ocupa el puesto 9 de los 127 países más inseguros para las mujeres, donde 2,259, han perdido la vida por feminicidio desde 2005 hasta 2,016, de acuerdo a las cifras oficiales de la PGR, que dicen además, que en el año pasado se registraron 9,159 denuncias de violencias de género, física, verbal y sicológica, mientras 55,273, sufrieron violencia intrafamiliar. También, para 2016, fueron registradas 6,441 infracciones tipificadas como delitos sexuales y la PGR, tuvo que emitir 13,738 órdenes de protección para mujeres atrapadas en la violencia basada en el género.

Hoy, las dominicanas nos sumamos a la indigencia cada año, y los niveles de pobreza femenina tienen un impacto social alto, ya que más del 40% de los hogares monoparentales en nuestro país, están encabezados por mujeres y el 60% de los hogares más pobres, tienen jefatura femenina.

Hoy, las dominicanas de 12 provincias del país, no tienen representación femenina en el Congreso.
Hoy, las dominicanas tenemos un salario promedio 21.3% veces menor que el percibido por los dominicanos, sin embargo, el 11% de las mujeres ocupadas en nuestro país, tienen estudios superiores, contrario al 4% de los hombres en igual condición y la tasa de desempleo de las mujeres, de 21.1%, dobla la de los hombres de 8.7%.

Hoy, las dominicanas nos preguntamos si estos resultados de vida, permiten que a nuestro país pueda llamársele una democracia, sin respeto a nuestra ciudadanía que sostiene la mayor parte de esta nación, con su trabajo y sacrificio.

Hoy, las dominicanas somos sus hijas, sus madres, sus hermanas, sus nietas las que solicitamo

El Nacional

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