San Valentín II y Rogelio

A Laura y Ana

En la entrega anterior precisamos “… creo haber enfocado el “amor” en función de mis prejuicios, apegos y mi propio condicionamiento; pienso que es así en casi todo el mundo, algunos tienen el sano entendimiento de verla, cuando se establece la relación, como una actividad más de la vida humana a la que debemos asistir con la intención de crecer, de ser feliz.”

Seleccioné tres frases sobre “el amor”, recuperaré esta, que la tengo en mi perfil de Facebook: “El verdadero problema es que te enamoraste de mis flores y no de mis raíces, y cuando vino el otoño no supiste que hacer conmigo”.

Pasó “San Valentín” estuve bien, no tengo tantos traumas que lamentar y a diferencia de otras relaciones poco tolerantes, hoy llevo una más sosegada, menos dependiente, pero aun así, quejándome de sufrimientos recientes a un vecino de oficina, este me hizo recordar aquella anécdota del señor que se quejaba de su mala situación, pues habiendo sido rico ahora se alimentaba de frutas muy maduras que recogía en el mercado, pero al voltear la cara veía que otro iba comiéndose lo que él desechaba.

Mi vecino me contaba que después de casi 50 años conviviendo con su esposa, con dos hijos y varios nietos, se separaron y han quedado como enemigos. Lo mío ha sido “paja pa la garza”; y lo de mi hija…
Bueno, es imprescindible saber que el gran error nuestro es condicionar ese ser feliz a lo que podamos recibir del otro (a).

Espero que tengan paz alrededor de lo que San Valentín le deparó ayer y aprovecho para despedirme asegurándoles que no es verdad que fue a un curso que enviaron a uno de mis guías espirituales, el Padre Rogelio, y que no fue a Medellín a donde lo trasladan, sino a Tecas de Antioquía; hablé con él y me autorizó a escribir que todo es un plan para alejarlo de los pobres.