Reportajes

APARIENCIA DE VERDAD

APARIENCIA DE VERDAD

El Nacional
SANTIAGO.-
Cierta historia relata que un predicador que no tenía con quien dejar el gato de su casa decidió amarrarlo de un banco de la iglesia donde oficiaba.

El predicador murió, por efecto del tiempo, no así la tradición del amarrado del gato.

Otros predicadores le imitaron durante cientos de años, sin que nadie se ocupara de indagar la verdadera historia de esta costumbre gatuna inocua, carente de significación cierta.

El ejemplo resulta estupendo para ensayar un recorrido por los más pulimentados sistemas de engaño, los menos conocidos y los más ponderados.

Se engaña por hábito, por ausencia de una formación y autoformación en la disciplina ética.

Se engaña porque concita algún placer, porque de algún modo contiene poder, porque forma doctrina, en la milicia, incluso, entre algunas creencias disfrazadas de  cualquier cosa a fin de cruzarse en el camino de la verdad y vencerla.

La gente necesita creer, ama de algún modo que la engañen, cree en lo repetitivo. Es esta quizás una verdad a medias pero si se la baña y se la cambia adecuadamente como si fuese a ir para la escuela, queda como una verdad no detestable y es manejable.

Ama la gente andar despistada y a la ligera, da la vida por dejare timar como si esa que es una aberración, le placiera.

Un pueblo mal entrenado puede pecar de masoquista, de insensible, de envilecido a partir de sólo memorizar lo conveniente, lo momentáneo, lo que no le quita el sueño.

Siempre habrá quienes necesiten organizarse y organizar a otros para, por ejemplo, prohibir lo que sea.

Incluso prohibir es prohibitivo ya que no todos tienen esa facultad en sus manos y otros más no la obtienen de por vida.

No prohibir debilita el espíritu sectario que requieren los dueños de las funciones circenses falsas, unas malas y otras peores, que asolan al mundo.

Unos prohíben el café, otros las transfusiones, y las más arraigadas, aquellos abortos que salvan a una madre.

En cambio, guardan un precavido silencio contra violaciones a menores y otras situaciones no menos peores como la pobreza obligada por circunstancias evitables. No prohibir es un mal negocio.

Mantener a raya a la grey organizada tiene efectos estratégicos secundarios que devienen primarios y que pasan por un espíritu de dominación sagaz y efectivo.

Además, de ahí sale lo falso, que con todo y su sabor ocre y su color estereotipado, no es menos importante que lo primero. Lo falseado tiene el encanto de lo fácil, porque recuérdese que lo muy elaborado da trabajo, es complicado y puede resultar caro.

Mientras que lo inauténtico se encuentra en cualquier lugar de la calle, del barrio, en cualquier esquina de la mañana o de la tarde.

Así, se falsean sin rubor, sin condena ni sanciones y con aplausos que llegan a ser multitudinarios:

Las promesas políticas, el estado económico del pueblo, las provisiones energéticas, las fortunas de los afortunados, las contabilidades empresariales, las mentas de espíritu, los planes de montar a caballo porque “no hay peligro en seguirme”, como decía el jefe.

Se falsean los fracatanes, la yuca mocana, las actitudes serias que pasan a convertirse en poses estratégicas, el jugo de naranja, el de pera, el de manzana.

Se adultera la leche, se ponen inyecciones disimuladas, enemas coloradas, comidas baratas, admoniciones acomodadas.

Las palabras se ilegitiman y se adulteran desde que salen al aire por la boca de los farsantes y charlatanes.

Sólo los payasos pudieran tener unas cuantas verdades bajo la manga además de poderosas razones para ser payasos en el territorio que ha sido llamado por el poeta el país de lo nulo.

La nulidad de cierta praxis no es a corto plazo pero no por ello merecen que no se advierta de su carácter de norma falseada e impuesta por razones de conveniencia producto de actitudes que tienen pintado en el rostro el espíritu de aldea.

Lo inauténtico tiene un prontuario de éxitos impresionante a través de la historia.

La historia también da saltos, resulta acomodaticia, narrada con apego a presupuestos políticos, ideológicos, económicos, personales, de puros sentimientos y de disentimientos.

Parece que fuese cierto que la tierra es lugar de castigo e infierno apenas tolerable para espíritus ya adaptados.

Con que lo sospechoso, lo que carece de autenticidad verdadera tenga un reinado tan estupendamente largo enseña como cátedra de lujo y como desempeño.

El Nacional

La Voz de Todos