Opinión

Campaña electoral UASD

Campaña electoral UASD

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En la Universidad Autónoma de Santo Domingo nadie gastaba un centavo para escalar posiciones, siendo el prestigio social y el mérito académico, construidos sobre la base de un dilatado ejercicio profesional y una identificación plena con los intereses del pueblo dominicano, las dos condiciones exigidas por el electorado, para depositar su confianza y voto a favor de un aspirante a dirigir cualquier puesto de dirección. Había negociaciones políticas, es cierto, pero nunca se habló de dinero, ni de esa repartición enferma de puestos, que hoy pauta, condiciona y determina el comportamiento de aspirantes y electores.

Junto a los valores académicos, y las cosas buenas que tiene la UASD, se ha desarrollado un mercado paralelo, donde todo se compra y se vende, y hasta las personas más honorables y honestas, tienen su precio establecido en la bolsa de los acreedores que pululan en los corrillos universitarios.

¿Qué se compra? ¿Qué se vende? Se compran votos, apoyos, capacidades para atacar, y derribar moral y socialmente a un competidor peligroso.

Una parte del mundo uasdiano ha devenido en mercancía, fábula, engaño y mentira. Las primeras víctimas son los candidatos a la rectoría que ofrecen al electorado los puestos de la institución, como si fueran de su propiedad, compran candidaturas, con el objetivo de proyectar una supuesta fortaleza, elaboran programas que no se cumplen o son abandonados antes del intento, profundizando así los niveles de impertinencia académica e institucional, sembrando frustraciones en el alma de la gente y postergando para las calendas griegas los cambios necesarios.

En verdad, es el camino transitado los últimos treinta y cinco años, y ya se realizan los ensayos y aprestos electorales que nos conducirán a más de lo mismo, y a un nuevo matadero institucional a partir del 2018.

Si ayer se trataba de convencer con ideas, valores y principios, hoy la seducción es a través del valor de uso de las mercancías, cosas u objetos, que cuidadosamente los buscadores de votos colocan en manos de los votantes.

El Nacional

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