Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

En el inicio de esta crónica debemos hacer una corrección, la estación de venta de gasolina del señor Bolívar Bello Veloz, cuñado del entonces capitán Héctor Lachapelle, donde estaba ubicada era en la avenida San Martín equina Oviedo de esta ciudad, prácticamente al frente de la empresa Figueroa y Socías, distribuidora de los carros Volkswagen y Studebaker, y el restaurant Vizcaya, y era en esa estación que se daba cita el grupo de militares que pertenecían al “Movimiento Militar Clandestino Constitucionalista”, fundado por el coronel Rafael Fernández Domínguez desde los primeros días de mayo de 1963, con el consentimiento expreso del presidente de la República, profesor Juan Bosch.

Además de Rafael Fernández Domínguez, pertenecían al Movimiento los siguientes militares: Roberto Antonio Cabrera Luna, Héctor Enrique Lachapelle Díaz, Fernando Rafael Cabral Ortega, Rafael Armando Quiroz Pérez, Berto Gabriel Genao Frías, Lorenzo Sención Silverio, José René Jiménez Germán, Gerardo A. Brito y Brito, Freddy Piantini Colón, Marino Antonio Almánzar García y Antonio Ernesto González y González.

Este grupo, muchos de los cuales se han despedido de la vida, solamente lo integraban oficiales del Ejército y de la Marina. No pertenecían a él oficiales de la Policía, Institución civil uniformada, ya que estos jóvenes militares profesionales la rechazaban por su profunda corrupción. Fue después de iniciado el movimiento militar para reponer el gobierno del profesor Juan Bosch, a partir del 24 de abril de 1965, que un reducido número de oficiales y miembros de esa organización policial se sumaron al levantamiento. Algunos mitómanos megalómanos hacen creer que ellos se habían integrado desde el principio a la conspiración y que trabajaban a favor de ésta. En diciembre de 1964, en corta visita al país, Fernández Domínguez había sumado a Francisco Caamaño Deñó al Movimiento. Para enero de 1965 la conjura estaba armada totalmente. Rafaelito estaba convencido, y así lo participó a sus compañeros del “Grupo de la Bomba”, que Francis era un Jefe militar con condiciones excepcionales de mando y valentía.

Fue en enero que Juan Bosch, en carta dirigida a Marina del Rosario Ceballos, hermana de Enriquillo del Rosario Ceballos, Secretario de Asuntos Profesionales del PRD, sugirió que debían inscribirse cien profesionales universitarios en esa organización. Fue en la oficina de Bienvenido Corominas Pepín, ubicada en el segundo piso del edificio “El Palacio”, situado en la calle El Conde esquina 19 de Marzo, contigua a la oficina del autor de esta “Crónica del Presente”, que compartíamos con Andrés Blanco Fernández, Pompilio Bonilla Cuevas, José Joaquín Bidó y Eligio Cordero Gómez, en donde Enriquillo nos mostró el texto de la carta dirigida por Juan Bosch a su hermana. Allí conversamos y le dijimos que inscribir cien universitarios profesionales no era posible.

El Nacional

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