Opinión

Degradación galopante

Degradación galopante

Ramón Rodríguez

En el año del 1985, el polémico filósofo y sociólogo francés: Jean Fracois Lyotard impactó las mentes más brillantes del saber, al plantear que había llegado el momento de ”pensar, hablar y escribir sin criterios. Ese atrevimiento que intentaba abofetear el campo de las ciencias sociales, amparado en la muerte y en la incredulidad de los grandes relatos, así como en las heroicidades sin resultados. El pesimismo extremo que planteó Lyotard en su libro ” La condición postmoderna” le valió ser denominado por algunos estudiosos como el padre de la Postmodernidad, y todavía mantiene vigencia en muchas sociedades arropadas por un exacerbado individualismo.

Con el respeto que se merece el pensador francés, pienso que los pueblos que somos incapaces de narrar nuestras hazañas patrióticas y redentoras, estamos condenados a sufrir una galopante degradación. En el caso nuestro, el ejemplo más tangible, lo constituye el olvido a nuestros padres de la patria y a nuestros próceres. El 15 de julio se cumplió el 142 aniversario del fallecimiento del dominicano más ilustre y de más relevancia histórica: Juan Pablo Duarte Díez. Salvo algunas lacónicas reseñas, ese acontecimiento pasó inadvertido. Pero eso no es todo, el 12 de julio debimos festejar el 94 aniversario de la salida de las tropas invasoras norteamericanas. Olvidamos esa gesta histórica que nos constituyó en república por tercera vez. Sé que algunos lectores ya habrán pensado, que el 16 de julio debimos jubilosamente celebrar la fundación de la trinitaria, sociedad secreta desde donde se trazaron los planes independentistas, bajo el liderazgo indiscutible de Juan Pablo Duarte. Ante esta realidad, sería demasiado pedir el que jamás dejemos de relatar, con el perdón de Lyotar, las grandezas de Pedro Mir, quien falleció un 11 de julio y de Pablo Neruda, quien nació un 12 de julio del 1904. Somos libres de elegir: la incredulidad de Lyotard o el culto que les rindieron Thomas Carlyle y Ralph Waldo Emerson a los grandes hombres en sus ” Héroes” y ” Hombres representativos”.

El Nacional

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