Opinión

DETALLES

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En la noche del pasado viernes 26 de julio, en una ceremonia modesta, pero elegante, tres jóvenes médicos recibieron sus diplomas de especialistas en Ginecología Oncológica, dos en Oncología Clinica y dos en Cirugía Oncológica. Las experiencias clínicas formativas que avalan dichos títulos las realizaron en el Instituto de Oncología “Dr. Heriberto Pieter” durante tres años de estudio y trabajo.

El Oncológico (como le llaman) mantiene desde hace más de 30 años un programa de enseñanza y formación de especialistas en las tres ramas citadas. Es, lamentablemente,  la única institución que forma oncólogos en el país.

Y esto merece ser destacado, porque se trata de una organización sin fines de lucro y que realiza esta labor con rigurosa profesionalidad.

Por lo menos, entre 1981 y 2008, el Oncológico había entregado al país un total de 93  especialistas: 35 cirujanos oncólogos, 34 ginecólogos oncólogos y 24 oncólogos clínicos. Hoy el total supera el centenar.

Tomando en cuenta los especialistas en cáncer formados en el extranjero, se puede decir que cerca del 90% de los oncólogos que trabajan en los hospitales y clínicas del país son egresados del Instituto “Dr. Heriberto Pieter”.

Es decir, que casi la totalidad de los pacientes dominicanos con cáncer son o han sido atendidos en el Oncológico o por médicos formados allí y que laboran en otros centros.

Además, el Oncológico mantiene un programa de rotación de tres meses para médicos de otros hospitales que estudian otras especialidades y que buscan ampliar y fortalecer las perspectivas de su futuro ejercicio clínico.

En resumen, con la formación y titulación de especialistas en cáncer, el Instituto hace un aporte extraordinario a la sociedad. Precisamente, aparte los costos de fármacos y terapias, así como de retrasos tecnológicos, una de las barreras en la cobertura de los enfermos de cáncer en los países como el nuestro, es el limitado número de especialistas en las diversas ramas de la oncología.

Definitivamente, el Instituto “Heriberto Pieter” y la Liga Dominicana Contra el Cáncer constituyen un gran ejemplo de organizaciones de servicio público eficiente, digno y pulcro.

El Nacional

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