PLAN Internacional RD, reclama a la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados y Diputadas, reconsiderar la posibilidad de elevar la edad mínima para contraer matrimonio a 18 años para ambos sexos. Actualmente, la edad mínima para matrimoniarse en R. Dominicana es de 18 años para los hombres y 15 para las mujeres, y con dispensa de un juez o jueza, el hombre a los 16 años y la mujer antes de los 15.

Lo cierto es que nos parece increíble que Ustedes, honorables, no entiendan que elevar la edad mínima para contraer matrimonio a los 18 años, para ambos sexos y sin excepciones, representará un avance legislativo para proteger a la niñez contra toda forma de abuso y violencia, como dijera PLAN Internacional RD.

En su estudio, “Niñas esposadas. Caracterización del Matrimonio Infantil Forzado en las provincias de Azua, Barahona, Pedernales, Elías Piña y San Juan”, esta ONG que mantiene la campaña #18NoMenos, nos demuestra que en nuestro país, estamos exponiendo a las niñas a grandes y graves riesgos para su desarrollo.

Me permitiré, honorables, recordarles algunos datos de esta investigación que demuestran que somos un país tremendamente desentendido con nuestras niñas. Ya para 2013, la “Encuestas Demográfica y de Salud”, (ENDESA), nos alertaba que el 20% de las adolescentes entre los 15-19 años estaban en uniones libres, por lo que no entendemos su despreocupación! Personalmente, trabajando con la Violencia Basada en el Género contra mujeres y niñas, desde hace más de 30 años, me angustian las altas cifras que nos ponen, junto con Nicaragua, en el primer lugar de niñas y adolescentes casadas y unidas en la región.

Aquí, el matrimonio infantil forzado o las uniones de hecho, entre hombres adultos y niñas o adolescentes menores de edad es una práctica habitual; 12.5 % de las dominicanas se casaron o unieron antes de los 15 años y el 37 %, antes de los 18 años. Una de cada 5 adolescentes (23.4%) entre 15 y 19 años está actualmente casada o unida con un hombre 10 años mayor.

Honorables, es una fracaso político, social y económico el no poder ofrecer a nuestra niñez la estabilidad mínima para su crecimiento; negarles a las niñas la educación, limitando su desarrollo social, exponiéndolas a embarazos no deseados y de riesgo alto a también contraer enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH, y a tantas desgracias humanas que afianzan la pobreza, que es femenina en nuestro pueblo.

Por favor, lean el estudio mencionado y cambien la vida de las niñas dominicanas!