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Espacios protegidos de agua dulce

 

Los ecosistemas de agua dulce son esenciales para la supervivencia humana, ya que suministran la mayor parte de agua potable que consume la población. Estos ecosistemas son el hábitat de más del 40 por ciento de las especies de peces del mundo.

A pesar de su valor e importancia, muchos lagos, ríos y humedales del mundo están sufriendo graves daños debido a las actividades del hombre, y su declive es mucho más rápido que el de los ecosistemas terrestres. Más del 20 por ciento de las 10.000 especies conocidas de peces de aguda dulce se han extinguido o se han visto amenazadas en las últimas décadas. Las cuencas, que recogen las precipitaciones y las canalizan hacia corrientes y lagos, son muy vulnerables a la contaminación. Los programas para la protección de los hábitats de agua dulce incluyen actividades de planificación, administración, educación y regulación.

Los principales problemas de los sistemas de agua dulce radican los aspectos siguientes: La creación de presas y sistemas de desviación del agua bloquea rutas migratorias de peces y perjudica sus hábitats. La extracción de agua para consumo humano reduce y degrada los hábitats. Los residuos líquidos de áreas agrícolas y urbanas afectan a la calidad del agua. La desecación de humedales para el desarrollo urbanístico reduce los hábitats. La sobreexplotación y la contaminación suponen una amenaza para las reservas de agua subterráneas La invasión de especies exóticas puede dañar a la fauna y flora autóctonas.

El calentamiento global puede provocar devastadoras inundaciones y sequías. Se estima que entre el 70-75% de los humedales continentales del mundo, junto con muchas de las especies de agua dulce que viven en ellos, se han perdido en los últimos 100 años. Las áreas protegidas, una herramienta fundamental para la conservación de estos hábitats, no representan adecuadamente la biodiversidad de agua dulce.

Por ello, se necesita urgentemente identificar sitios críticos de biodiversidad de agua dulce como base para una red más representativa de áreas protegidas para las especies de agua dulce. En nuestro país no existe ningún sistema de protección de los esquemas naturales de agua dulce y solo en algunos casos se establecen regulaciones de usos. El aumento de la severidad de las sequías, las alteraciones hidrológicas como consecuencia de la construcción de presas, la sobreexplotación de las aguas superficiales y subterráneas, la contaminación del agua y las especies invasoras son las principales amenazas para las especies de agua dulce de acuerdo con los expertos.

La fuente de casi toda el agua dulce es la precipitación en la atmósfera terrestre en la forma de niebla, lluvia y nieve. Agua dulce que cae como niebla, lluvia o nieve contiene materiales disueltos del atmósfera así como material del mar y de la tierra sobre las cuales las nubes se desplazaron. En zonas industrializadas la lluvia suele ser ácida debido a los óxidos de azufre y nitrógeno disueltos que se formaron a partir de la quema de combustibles fósiles en automóviles, fábricas, trenes y aviones y desde las emisiones atmosféricas de la industria. En algunos casos esta lluvia ácida puede contribuir a la contaminación de los lagos y ríos. El agua es un elemento crítico para la supervivencia de todos los organismos vivos en la

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