Hoy nos encontramos nuevamente sobrecogidos al recordar que se cumplen 54 años del horroroso asesinato de las Hermanas Mirabal, cometido durante un régimen de oprobio al que todavía indigna mencionar.
Esta nueva conmemoración encuentra al país sumido en múltiples problemas. Estamos seguros que si la generación a la que pertenecieron las muchachas hubieran llegado al Poder, habrían enfrentado esos problemas con la misma valentía que ellas combatieron al tirano.
Es bueno aprovechar este momento para advertir que aquel enemigo común del pueblo dominicano acecha en las sombras, como siempre, esperando la oportunidad para dar su zarpazo y tratar de sumirnos en una nueva tiranía.
Ese enemigo adopta poses camaleónicas, pues tanto hace asomos públicos, como trabajando en la oscuridad, que es el sitio que le gusta. Hace poco, se publicaron noticias relativas a que los más conspicuos representantes de aquel régimen malvado pretenden legalizar sus actividades, primero en los Estados Unidos y luego en el país, para promover una etapa tan funesta que impediría el logro de una democracia que todavía no hemos logrado, como ellas la soñaron.
Hay otros que, exceptuando los crímenes de sangre, también pretenden volver al solio Presidencial para hacer de las suyas, fundamentándose en un funesto clientelismo logrado a base de corrupción, incluidos sobornos con el uso de dineros robados al pueblo dominicano.
En el país hay grandes potencialidades entre personas cuya honestidad y lucha, que resisten el más riguroso análisis, pueden perfectamente decidirse por la búsqueda de la Presidencia de la República, dispuestas a serviles con amor y desinterés.
Estoy seguro de que desde el lugar bueno en que se encuentran, las hermanas Mirabal se sentirían felices y contentas, como decía Duarte, si alguien en su nombre comienza a revivir y poner en práctica sus sueños, que no fueron otros que mantener la libertad de la República y tratar de que el pueblo dominicano tenga por fin un régimen de Justicia Social para todos.
No tenemos ninguna duda de que hoy 25 de noviembre están presentes las llamadas mariposas, recordándonos desde su espacio intemporal que tenemos un serio compromiso con nuestra Patria, que incluye fortalecer y mantener el régimen democrático, que soñaron también los miembros de aquella “raza inmortal” que ofrendaron sus vidas el 14 y 20 de junio de 1959.
No podemos olvidar que esos ideales fueron recogidos por la gloriosa insurrección de noviembre de 1963, con Manolo Tavárez a la cabeza, que buscaba recobrar la constitucionalidad perdida por un artero Golpe de Estado Militar.
En este momento en que recordamos su firme lucha, es hora de retomar sus banderas y decir ¡adelante, que el pueblo unido jamás será vencido!
