La dirección del Instituto de Patología Forense, entregará esta tarde a sus familiares los cadáveres de los tres hombres que resultaron muertos ayer en el parqueo de la panadería y respostería La Francesa, informó el doctor Santo Jiménez Páez.

Jiménez Páez, director de patología forense, dijo que los cadáveres fueron llevados ayer en la noche y que esta mañana todavía no estaba en condiciones de dar detalles sobre las muertes, pero pudo precisar que los cadáveres tenían multiples impactos de balas.

Entre las víctimas en el parqueo de la panadería La Francesa figuran el mensajero Máximo Gerónimo Paredes, quien dejó tres hijos huérfanos y la esposa embazada.

Vivía en el sector Los Girasoles a la altura del kilómetro 14 de la autopista Duarte y tenía más de cinco años trabajando en el lugar.

Su cadáver será velado en una funeraria de la misma comunidad y sepultado en horas de la tarde en el cementerio Cristo Redentor.

En tanto Rubén Soto, propietario de la repostería, era residente en la calle Pablo Neruda número tres del sector Piantini, Distrito Nacional.

El guardián Jorge Vólquez Santana, era residente en Alma Rosa primera, en una habitación de la misma compañía de guardianes Universal, donde tenía seis años trabajando, de los cuales dos estaba asignados a la seguridad de la repostería La Francesa.

No dejó hijo y a la hora de su muerte estaba soltero.

Su hermano Edwin Oscar Féliz Santana informó que el cadáver será sepultado en su comunidad de origen, Monserrat de Tamayo en Barahona, donde viven sus padres Víctor Santana y Carmen Santana.

Dijo que en varias ocasiones aconsejó a Vólquez Santana que tuviera cuidado con el servicio en la respostería porque en ese lugar hay bancas de apuestas y bancos comerciales.

Una empleada de la panadería que sólo se identificó como Maritza, informó que salvó la vida milagrosamente, porque cuando comenzaron los disparos ella procedía abrir las puertas para salir al parqueo, pero se devolvió y por eso la esta contando.

Dijo que todo ocurrió muy rápido, se escucharon varios disparos y de inmediato los asesinos desaparecieron del lugar y la confusión se apoderó de los empleados de la repostería.

Informó que 20 minutos después llegaron la policía y la arrestó, llevandola al Palacio, donde fue sometida a interrogatorios.