Éxito o el fracaso marcan a la gente

Los románticos creemos que no vale la pena vivir solo para ganar sino que, lo importante es hacer lo que nuestra consciencia nos dicta. Esto no significa que ignoremos que nuestra sociedad padece de un exitismo enfermizo.

Tanto en la vida como en el fútbol, a la gente se la etiqueta por los resultados que obtiene. Si ganas, eres un triunfador y si pierdes, un perdedor.

La sociedad nos impone un sistema de valores que coloca al victorioso por encima de todas las virtudes y condena al perdedor. Dicho de otra forma, estamos condenados a ganar o a ganar.

En toda actividad que emprendemos, existe el riesgo de ganar o perder. Eso es así. Lo importante no es el resultado final sino la dignidad con que recorremos el camino en búsqueda de la meta establecida.
Este prolongado prefacio obedece a que el pasado domingo en Libreville -Gabón- se disputó la final de la Copa Africana de las Naciones.

Ante más de 38.000 entusiastas espectadores, Camerún y Egipto produjeron un excelente encuentro que comenzaron ganando los ‘Faraones’ pero, al final los ‘Leones Indomables’ se impusieron.

Esta victoria significó el quinto título Continental para Camerún y la sexta final perdida por el entrenador argentino Héctor Cúper, conductor de Egipto.

Cúper ha perdido dos finales con Mallorca, dos finales de la Champions con el Valencia y una Copa con el Aris Salónica de Grecia. Todas esas finales, al igual que en la del domingo, las ha perdido.

Al temperamental Cúper ya lo han etiquetado como un perdedor pero, nos preguntamos ¿Se puede considerar perdedor a un técnico que ha logrado llevar a sus dirigidos a las instancias finales de las competencias?.

De ser así, también tendríamos que catalogar a Leo Messi como a un perdedor, debido a que no ha ganado ninguna de las cuatro grandes finales que disputó con la selección argentina.

En el 2007, perdió la final de la Copa América y el 13 de julio del 2014 perdió la final de la Copa del Mundo en Brasil.
Por si esto fuera poco, en el 2015 perdió la final de la Copa América ante Chile y, el año pasado se repitió la historia en la Copa América Centenario.

Otro grande del fútbol mundial, Zinadine Zidane también mordió el polvo de la derrota pero, no por ello ha dejado de ser un ícono del fútbol mundial.

En 1996, Zizou perdió la Copa de la UEFA con el Bordeaux, luego perdió dos finales de la Champions consecutivas con el Juventus y en el 2006 la final de la Copa del Mundo con su selección.

En la vida, como en el fútbol, lo más importante no es ser un ganador o un perdedor, sino ser uno mismo y dar lo mejor de nosotros en todas y cada una de las acciones que emprendemos.