Opinión

La huelga universitaria

La huelga universitaria

La gran mayoría de los profesores y empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo carece de vivienda propia. Con las denominadas ferias y las facilidades bancarias un alto porcentaje de servidores, sobre todo de la docencia, ha logrado dotarse de vehículos de motor financiados, cuyos pagos mensuales se le descuenta del sueldo, el cual cada vez es menor, al absorber la inflación en bienes y servicios acumulada durante varios años.

(Se alega —y es verdad— que los profesores de la UASD son los mejores pagados, pero no es que ganan bien, es que la mayoría de las universidades privadas, que operan con un carácter empresarial, pagan demasiado mal. Sus profesores son obreros de la docencia).

Los profesores de la UASD, todos con estudios de cuarto nivel, es decir, maestría, doctorado, entre otros, tienen que trabajar con secciones de hasta 70 estudiantes y sin equipo de sonido. Y el trabajo fuera de aula: preparación de asignatura y corrección de tareas y exámenes no se paga. Sólo son remuneradas las horas prácticas y teóricas impartidas en aula o laboratorio.

Un profesor universitario tiene, del dinero de su sueldo, que comprar las obras documentales y tecnologías necesarias para fines de actualización. Y presentarse ante los alumnos con vestimenta adecuada, lo que conlleva inversión adicional.

El profesor de la UASD, que solo depende económicamente de la docencia, no puede vivir bien, por lo que es una injusticia de algunos comentaristas pretender dañar moralmente a profesionales que demandan, con razones sobradas, un mínimo aumento de un 15%.
Pienso que el primero en estar de acuerdo con un aumento salarial para los profesores y empleados es el rector, doctor Iván Grullón, pero no puede atender a un incremento que las finanzas de la academia no permiten, por lo que se impone un diálogo sincero entre la directiva profesoral y las autoridades. Si no se puede un 15% que se acepte un 10%, si tampoco se puede el 10% que se designe una comisión que se entreviste con el presidente Medina.

Hay que buscarle una solución rápida a ese impasse. Que no se pierda un día más de clase ni se le dé pretexto a gente que hace tiempo viene dañando la imagen de la UASD. Comunicadores que facturan varios millones de pesos al mes, al venderle su alma al Diablo, aprovechan el escenario de paro profesoral para atacar a la academia.

El Nacional

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