El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido sobre una situación de vulnerabilidad cíclica de la economía dominicana, por lo que recomienda al Gobierno la aplicación de una receta que a simple vista luce infalible para asegurar el crecimiento y despejar los riesgos.
Los directores del FMI admiten que prevalece un dinamismo en lo económico, especialmente en la producción, generación de empleo, baja inflación y fortaleza de la cuenta corriente, pero insisten en señalar que los riesgos permanecen.
La deuda pública dominicana es motivo de especial preocupación para el FMI que ha advertido a las autoridades que si no aplican políticas de control, se incrementaría en los próximos cinco años, de un 49% a un 57% del Producto Interno Bruto (PIB).
Contrario a otros tiempos, cuando el recetario del Fondo Monetario tenía ribetes de catastrófico, posiblemente porque la crisis económica alcanzaba también ese designio, esta vez el gendarme internacional ofrece una fórmula muy clara, atractiva y fácil de aplicar.
En efecto, el Directorio del FMI sugiere caminar hacia una mayor consolidación fiscal y prevenir el crecimiento de la deuda, dada la fuerte vulnerabilidad cíclica de la economía, por lo que en 2017, el Gobierno debería contener el déficit fiscal y mejorar su equilibrio en los próximos años.
A pesar de que elogia el interés de las autoridades en mantener la estabilidad macroeconómica, aplicar reformas estructurales para mejorar los resultados sociales, así como incrementar medidas administrativas para aumentar los ingresos, el FMI advierte que se requieren reformas más integrales.
El recetario del Fondo Monetario se resume en sus recomendaciones de ampliar la base tributaria, simplificar el sistema fiscal y reducir el gasto tributario expresado en exoneraciones y exenciones, mayor flexibilidad en el tipo de cambio, mejorar la calidad del gasto y fortalecer la transparencia en el sector público.
Las reformas fiscal y del sector eléctrico forman parte esencial de la propuesta fondomonetarista, por lo que el Gobierno debería agilizar las gestiones que se realizan para alcanzar pactos en esos renglones. La receta del FMI puede y debe mercadearse como el mejor remedio para evitar males mayores en una economía con vulnerabilidad cíclica.
