Marcos Cross, diputado que representa los nacionales residentes en Europa, planteó que la unidad monolítica de todos los poderes del Estado para defender la soberanía nacional ante la posición reiterativa de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia donde condena a la República Dominicana a otorgar la nacionalidad a ciudadanos Haitianos nacidos en nuestro territorio y más tarde con la repuesta ante la sentencia del Tribunal Constitucional No.254-14, donde declara la ilegalidad de la adhesión del país a la CIDH, integrada a ese organismo mediante comunicación en el año 1999, pero no ratificada por el Congreso Nacional.
“La buena fe de la República Dominicana demostrada con la carta de adhesión del ex presidente Leonel Fernández y la disposición expresada por el actual gobierno presentada por el presidente Danilo Medina, con la decisión de crear una Dirección General de Derechos Humanos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, no nos obliga a aceptar ninguna resolución o sentencia de ningún organismo internacional que socave nuestra soberanía y especialmente en lo que tiene que ver con la nacionalidad”, expresó el legislador.
El representante de ultramar en la Cámara Baja explicó que “La soberanía dominicana nos ha costado mucha sangre y un proceso institucional de 170 años para llegar donde hoy se encuentra nuestro país. Basta con dar un vistazo a las constituciones que nos hemos dado desde el nacimiento de nuestra patria en 1844, donde los artículos del 7 al 13 definen quienes son nacionales dominicanos. Si analizamos el artículo 89 de la constitución de 1963 promulgada por el Prof. Juan Bosch con relación a este tema. Analicemos el artículo 11 de la constitución de 1966, promulgada del Dr. Joaquín Balaguer y vayamos a nuestra última carta magna del 2010, promulgada por el DR. Leonel Fernández, en su artículo 18, que nos define claramente quienes son los que tienen derecho a llamarse dominicanos¨.
Manifestó que la soberanía dominicana no es negociable, así mismo hizo un llamado a todos los poderes del Estado, para que junto al pueblo dominicano asuma una posición firme de decirles No a los intervencionistas en el caso de nuestra nacionalidad. No a los intereses soterrados de la CIDH en la decisión de darle un mandato al gobierno de la República Dominicana en cuanto a la permeabilidad de nuestra soberanía. Honremos a los grandes hombres y mujeres que han sacrificado su vida en el discurrir de la historia para mantener la nación dominicana soberana e independiente de toda potencia extranjera.
