Opinión

Maravillosa dominicanidad

Maravillosa dominicanidad

Anumaat Davis Kahina es una muchacha que dirige una organizaciónen las Islas Vírgenes que se llama NUWOMANRISING2LIVEUP, algo así como Nuevas Mujeres Levantándose para Vivir, para el bienestar, empoderamiento, salud, transformación de la vida y adquisición de talentos de jóvenes y madres adolescentes.

Elegida como Ms. Saint Croix en 2014, se distinguió por su labor con la juventud y por ello ha sido invitada a USA, Inglaterra, Egipto, Sudan, Áfricay El Caribe, donde ha trabajado ya con más de diez mil jóvenes.
Lo que me llamó la atención de esta joven es que se autodefine como poeta, artista de la palabra hablada y mediática, joven y poderosa voz de sus raíces africanas, caribeñas, de Saint Croix y dominicanas, porque es hija de una dominicana.

Anumaaat inicio la noche poética con una potente voz, casi un grito y leyó el poema ¡FYAHBUN!, del cual traduzco varios fragmentos:
“Desciendo de un lugar/ donde las mujeres lideraron una revolución en 1878/ y quemaron media isla de Saint Croix/ usando las quemadas varas de la caña de azúcar/ para iniciar el fuego, destruyendo la misma plantación que las había esclavizado.

Ahora puedo sentir el apocalipsis de mi alma/desatando una nueva revolución que desborde/ el síndrome de “Yo te controlo”. Sube el volumen de tugrito/ hacia el ruidoso silencio/ porque cuando empiece a llover/ tus lágrimas de alegría y trueno/ los aplausos de gratitud/ te impulsaran a nuevas altitudes/ Y no tendrás miedo de encender el fuego”.

Un énfasis del trabajo de Anamaat es la denuncia del tráfico sexual y del tráfico de órganos. De ahí su poema “Cosechada”:

“Ella es saludable, sin enfermedad/ tipo O negativo de sangre/s vocesextrañasseguían susurrando/ me iban a mutilar el cuerpo/ quitarme los órganos/ y entregarme a un hombre/ que vive en la ciudad con problemas congénitos del corazón/ Que les pago/ una gran suma por mis propiedades.

Mi obligue a mirar las oscuras siluetas y gritarles/ ¿Y si yo fuera su hermana, hija o madre?/ ¿Todavía hablarían de mi como nada más que un ente/ con un signo de dólar/ incrustado en el cuerpo?”
Leyendo su libertad, escuchando su desatado entusiasmo frente a poemas ajenos en la Feria de San Martin, viéndola reír, pensé en la hija que no tuve, la que hoy agradezco que no tuve, y en esta media isla donde el 60 por ciento de la población es joven, pero vive bajo la dictadura de una gerontocracia, y de ese sesenta por lo menos un cuarenta es negro y subsiste bajo el apartheid de la pobreza, el desempleo y la desesperanza, la violencia cotidiana.
Y no pude evitar las lágrimas.

El Nacional

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