Si se trata de un mensaje, no parece que tendrá ningún efecto el Nobel de la Paz otorgado a la Campaña Internacional para la Abolición de Armas Nucleares.
Con la llegada a la presidencia de Estados Unidos del magnate Donald Trump se ha reiniciado la carrera armamentista que inquieta al comité que otorga el premio. Corea del Norte e Irán han realizado ensayos, mientras otros países han ocultado en lugar de destruir sus armamentos.
La entidad puede ser muy merecedora del Nobel, pero el Comité Noruego debería hacer un llamamiento más directo al presidente Trump para que restaure el acuerdo sobre delimitación de armas atómicas.
La Campaña Internacional solo puede crear conciencia sobre el peligro, pero es mucho más lo que se necesita para detener los ensayos que tanto pánico causan en la comunidad internacional.
Mientras Estados Unidos defienda la industria armamentista, las demás potencias no es verdad que se quedarán de brazos cruzados.
