Periodistas, intelectuales, críticos y analistas, celosos guardianes del patrimonio político, descartan toda posibilidad de éxito a un dirigente partidista si a su ADN le falta, como información genética, el ingrediente liberal, de avanzada cuya exclusividad ha reclamado por años la llamada izquierda revolucionaria. En ese orden, expertos analistas le han exigido a Miguel Vargas suplir la falta de este componente.
Tales valoraciones carecen de efectividad cuando están enfocadas a un par de individuos, como si en ellos estuviera representada la historia local del socialismo. La manía de construir mitos es una de las debilidades de nuestra izquierda.
Son incuestionables sus aportes a nuestro desarrollo político y social, es una verdad de a puño. La reforma agraria pudo avanzar gracias el respaldo del Partido Comunista Dominicano (PCD) y otros grupos.
Pero, sus proyecciones pierden el rumbo cuando estos analistas pretenden imponer sus mitos preferidos. Ídolos de barro que no han superado la inexorable prueba de la Historia y el tiempo.
Posiblemente a Miguel Vargas le falte algún componente izquierdista, lo cual puede justificar, dada su exitosa carrera como profesional y empresario. Sin embargo, ha demostrado poseer un gran poder de convocatoria, ser concertador y, sobre todo, un conciliador ya probado.
Luis Felipe Rosa, con una larga militancia en la izquierda, miembro del Comité Ejecutivo del PRD, aspira a la vicepresidencia en la convención nacional de este mes. Al igual que él, otros líderes izquierdistas, sindicales y gremiales han manifestado sus aspiraciones.
De manera que la reclamada cuota izquierdista o liberal tiene, fuera y dentro del PRD, a decenas de dirigentes, por observar con decoro una limpia hoja de servicio a la nación, como es el caso de Luis Felipe Rosa, Es lo que menos se espera de un aspirante a ser hombre de Estado o dirigente político.