Las escuelas están localizadas en Dajabón, Montecristi, Pedernales, Jimaní, Comendador, Restauración, Loma de Cabrera y otras comunidades de la región
DAJABÓN.- Miles de niños y jóvenes haitianos se trasladan diariamente desde comunidades haitianas hasta República Dominicana donde estudian en escuelas públicas y colegios colegios privados, con todas las facilidades y prerrogativas que el Ministerio de Educación otorga a los escolares dominicanos.
Las escuelas que acogen a los estudiantes haitianos están localizadas en esta ciudad, Montecristy, Pedernales, Jimaní, Comendador, Restauración, Loma de Cabrera, y otras comunidades pequeñas como Río Limpio, Guayajayuco, Mencía (José Francisco Peá Gómez) y otras.
De acuerdo a cifras del Gobierno dominicano, en el territorio nacional cursan estudios de pre-escolar, básica e intermedio 34, 158 jóvenes nacidos en Haití, o que residen en esa nación.
Hasta el 2013, los estudiantes haitianos de pre-escolar que estudiaban en centros dominicanos eran 1,503.
Los datos de las autoridades dominicanas indican que los niños del vecino país que estudian básica en colegios y escuelas en el territorio nacional sumaban 21,521 y los del nivel medio 3,573.
Entre los estudiantes citados no se toman en cuenta los de nivel universitario que cursan distintas carreras que van desde las ingenierías hasta medicina.
Facilidades
Los estudiantes haitianos en República disfrutan de facilidades que sobrepasan los requisitos exigidos por las autoridades a los dominicanos.
Una de ellas es que el estudiante haitiano no está obligado a presentar sus documentos de identificación y puede cursar sus estudios hasta el octavo de básica sólo con decir su nombre y de sus padres.
Otra prerrogativa es que los jóvenes que viven en comunidades haitianas pueden llegar hasta las 8:30 de la mañana y 2:30 de la tarde, debido a que se toma en cuenta que recorren grandes distancias por no residir en el territorio nacional.
También reciben sus raciones de desayuno o de merienda escolar, lo que en algunos casos es la única comida que ingieren durante el día.
Las autoridades proveen a los estudiantes del vecino país de uniformes, libros de texto, mascotas, mochilas y otros útiles escolares, tal como los entrega a los escolares dominicanos.
Otra facilidad en favor de los escolares del vecino país es que pueden cruzar la frontera a cualquier hora, con la única condición de que estén uniformados y acompañados de sus padres, los menores de ocho años.
Cuando la frontera está cerrada, los inmigrantes y residentes en Haití, sólo pueden ingresar a territorio dominicano si poseen visas.
A qué aspiran
Shefalia Valcin Pierre, una niña haitiana de 11 años, residente en Ouanaminthe, estudia en la escuela básica José Ramón López de Dajabón donde cursa el cuarto de básica.
“Cuando yo termine el bachillerato me voy a Santo Domingo a estudiar medicina en la UASD”, dijo.
La joven, hija de un matrimonio de comerciantes cruza la frontera diariamente junto a su hermanita Niuva, de 8 años, que cursa el segundo de básica en el mismo plantel.
Los soldados del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront) la dejan pasar todos los días porque la conocen.
En iguales condiciones estudia Dahiana Maldonado, también de 11 años, hija de un ebanista haitiano y de una ama de casa.
Dahiana y un hermano de 10 años, caminan todos los días ocho kilómetros para ir de Anse a Pitre hasta Pedernales, donde estudian en la escuela básica Hernando Gorjón.
En este plantel de 1,228 estudiantes, 304 son haitianos o hijos de padres haitianos residentes en los barrios nuevos de Pedernales.
El profesor Wilton Alberto Féliz Pérez, director del plantel ha dado instrucciones para que los niños haitianos lleguen un poco más tarde y reciban dos raciones de desayuno o merienda cuando se tenga conocimiento de que no han comido nada.
En los puestos fronterizos es frecuente ver a los padres cuando llevan sus hijos a las escuelas dominicanas donde cursan sus estudios.
El profesor Féliz Pérez precisó que es política del Ministerio de Educación dar todas las facilidades a los niños haitianos para que puedan capacitarse como cualquier otro estudiante dominicano.
Féliz Pérez manifestó que mucha gente habla sin tener conocimiento de los hechos, por lo que dijo, se equivocan.
Explicó que en Pedernales no se le pregunta a ningún niño si es haitiano o dominicano, o si vive en el territorio nacional o en Haití, al inscribirlo, o al entregarle los uniformes, los útiles escolares y la merienda y el desayuno.
“Ningún educador le niega el pan de la enseñanza a un niño porque sea extranjero”, dijo el educador.
