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Negocios aceras arrabalizan centro histórico  de Santiago

Negocios aceras arrabalizan centro histórico  de Santiago

SANTIAGO.   La prometida desarrabalización de esta ciudad, garantizada hace poco más de dos años por el entonces candidato a la sindicatura, Gilberto Serulle,  hoy dista mucho de esa oferta política, al  permitir que en el centro histórico se coloquen negocios en los lugares reservados para que se desplacen los transeúntes.

Tal es el caso de una caseta que autorizó la Alcaldía para vender productos navideños, ubicada en la avenida Francia, a pocos metros del Monumento a los Héroes de la Restauración y la extensión de un bar hasta la acera de la calle 16 de Agosto casi esquina Mella.

En lo que respecta al puesto de frutas y golosinas, la persona a quien el alcalde autorizó que dispusiera del área común  ha llegado tan lejos que construyó una extensión donde funcionan una nevera, un freezer, un aparato de música y hasta un televisor de 25 pulgadas.

Además de que los interesados, de comprar uvas, manzanas y toda suerte de golosinas, también pueden adquirir lechosas, piñas, guineos, zapotes y otras frutas tradicionales.

Con el funcionamiento de ese negocio, autorizado por la Alcaldía, las personas que se aventuran a caminar por allí apenas disponen de un 10 por ciento del área original para desplazarse, viéndose muchas veces en la necesidad de caminar por el lugar reservado para los vehículos, mayormente cuando los responsables de la caseta atienden clientes.

Y como si esto no fuera suficiente, un área cerca del lugar donde se encuentra el mencionado puesto de frutas es utilizada para depositar las cajas de madera y cartón donde reciben las frutas, golosinas, bebidas alcohólicas y otros productos del agro.

Sobre la extensión del bar, donde sus propietarios han colocado mesas y sillas en la acera, el espacio se reduce mucho más porque también han sido colocados letreros móviles, pero que permanecen gran parte del tiempo allí, así como pequeñas matas ornamentales que sirven de adorno.

Como esa irregularidad salta a la vista de todos los que pasan por allí, se da por descontado que la Alcaldía sabe de la violación de ese espacio físico común, pero nada se ha hecho para que sus dueños respeten el derecho que tienen los transeúntes de caminar con libertad por la zona.

Mientras esos dos ejemplos resultan ostensibles, el llamado “centro histórico” de la ciudad cada día que pasa continúa siendo escenario de otros “negocios” que se instalan en calles y avenidas, aunque de menor cuantía.

Así, ya es común ver pequeñas mesas ocupando la mitad de las aceras, desde donde sus dueños ofertan  productos comestibles y hasta ropa y calzados.

 También los puestos de venta de empanadas, quipes, pastelitos y bola de yuca ya son comunes en el centro de la ciudad.

El Nacional

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