Llegó semana santa y con ella son muchos los que aprovechan para salir de su ciudad, viajar a la playa, al campito de la familia, y últimamente hasta al malecón, con el loable objetivo de descansar.
Ahora bien, con des-can-sar el diccionario hace alusión a cesar de trabajar para reparar fuerzas, e incluso, a tener alivio de preocupaciones y dolores. Nunca mejor definido. El cuerpo lo pide a gritos y la mente nos lo vocifera.
El descanso es vital para todos. Ayuda a bajar la tensión arterial, incrementa el sentido del humor, estabiliza el estado emocional, ayuda a pensar más claramente, nos hace tomar mejores decisiones y, por supuesto, ser más productivos.
Todo esto es así, siempre y cuando se descanse cuando se descanse. La mente está siempre activa y si no nos ocupamos intencionadamentede ponerla a reposar nos encontraremos afanando en la playa, afanando en el campito esto es, con el cuerpo lejos, y la mente trabajando a todo dar.
En este sentido la tecnología no nos ayuda. Tener el teléfono móvil a mano, con su internet, con su chat, puede hacer que nunca nos demos realmente tregua. El que el lugar donde estemos tenga Wi-Fi (y nosotros nuestra laptop, no podría faltar) es jugar a engañar a nuestro organismoen un pretendido reposo.
Por tanto, si descansar es lo que se propone en estos días, hágalo en todo el sentido de la palabra. Disfrute sus hobbies de antaño y descubra algunos nuevos. Converse con su familia. Vea la película Jesús, aunque la haya visto mil veces. Si se queda en la ciudad, averigüe qué amistades o familiares se han quedado y hágales una visita sorpresa. Coma su plato favorito y saboréelo. Escuche música. Lea un libro, sólo por placer. Invite gente a su casa. Despolve las cartas. Saque el dominó.
En fin, dese una pausa de los ajetreos de la vida descanse de verdad, y ya verá como su cuerpo y mente se lo agradecerán y probablemente, luego, su trabajo también lo hará. ¡Muy feliz y reposada semana santa!.