Todos conocemos personas tímidas e introvertidas, cuyo comportamiento no es mas que la manifestación de rasgos típicos dentro su personalidad. Sin embargo,

hay ocasiones en que la timidez e introversión van acompañadas de un sentimiento de inadecuación social, y un miedo al rechazo tan elevado que en psicología son catalogados como un trastorno.

Llamado Trastorno de la personalidad por evitación (TPE), es una condición, de causa desconocida aunque relacionada con la crianza y el maltrato infantil-, en la que la persona, ya en la edad adulta, comienza a desarrollar comportamientos de retraimiento tales, que su vida social, familiar y laboral se ven afectadas.

Según el Manual Diagnóstico de enfermedades mentales, las características que definen una persona con Trastorno de la personalidad por evitación son:

Evita trabajos o actividades que impliquen contacto interpersonal debido al miedo a las críticas.

Es reacio a implicarse si no está seguro de que va a agradar.

Demuestra represión en la intimidad por miedo a ser avergonzado o ridiculizado.

Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado socialmente.

Está inhibido en las situaciones interpersonales novedosas debido a sentimientos de inferioridad.

Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior.

Es reacio a correr riesgos o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras.

Este trastorno se da tanto en hombres como en mujeres, y quienes lo tienen son muy propensos a desarrollar otro tipo de condiciones, como la drogadicción, depresión, y niveles de ansiedad muy altos.

La psicoterapia ha demostrado ser el mejor tratamiento para la TPE. En ocasiones combinado con antidepresivos, lo que persigue el tratamiento es que el enfermo entienda su condición y conozca que sus sentimientos de inferioridad no tienen una real base y que además su vida social, incluso si no era amplia, es recuperable.

El tiempo es determinante en el tratamiento. Desde que se comience a ver síntomas de éste tipo, la recomendación es hacerse tratar lo antes posible, para que los síntomas no se afiancen.