Opinión

Orlando Martínez

Orlando Martínez

Como una gaviota soñadora abriste tus alas, para volar en cielo dominicano y anidaste en Quisqueya la bella y la cobijaste con tu integridad; fuiste su sol y la iluminaste con tu verbo encendido de valor, sabiduría y verdades y te ganaste el respeto de la gente honesta, de quienes esperaban tu Microscopio con hambre de orientación en aquellos momentos nefastos de intolerancia, barbarie e injusticia social y política.
Te atreviste a enfrentar a esos malvados, adolescente de alma y corazón y adictos a la corrupción y al derramamiento de la sangre de los hombres más valientes y dignos de nuestra patria.

En esos momentos el terreno era árido y la mano de obra muy escasa, casi nula, eran los tiempos de terror y el miedo abrazaba a la mayoría de la prensa dominicana; y te atreviste a enfrentar la opresión reinante y lograste amortiguar su furia, pero en esa lucha desigual caíste; pero muchas personas se salvaron por tu lucha.

Te desangraron en plena aurora de tu vida, pero ese corto tiempo fue suficiente para sembrar los surcos de valiosas semillas de libertad que han germinado con el tiempo.

Tu pueblo, a los que en verdad podemos llamar así, no te olvida; aunque no deja de aparecer un envidioso, malandrín, oportunista o fantoche, como lo llama la periodista Imbert Brugal, tratando de desmeritarte, pero no hay porque preocuparse por ese tipo de gente. ¿Porque dónde estaban en ese tiempo aciago? ¿Qué les faltaba que ahora creen que tienen? Es muy fácil en este tiempo de democracia abrir la boca, lo que sí tienen es mucho dinero, porque han sabido vender a buen precio su conciencia.

Tuve la oportunidad de conocer personalmente a don Pepín Corripio, en algo relacionado a la Plaza Orlando Martínez en San Juan de la Maguana, y pude apreciar la hermosa trayectoria de vida que profesa, donde sobresale su humildad y me llenó de orgullo cuando me confesó que fue tu amigo y que trató de conquistarte para el periódico La Noticia y que admiró la respuesta honesta que le diste; le diste las gracias y le dijiste que no podías romper el compromiso que tenías en Publicaciones Ahora y donde estabas a gusto, ganó mi respeto me dijo.

Hoy quiero recordarte con este escrito, mostrando a la nueva generación algo de tu vida y compartir recuerdos con tus amigos y agradecidos de tu sacrificio.

El Nacional

La Voz de Todos