Opinión

Precisamente

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Frenético hormiguero político

 

Un sinfín de papeles se entremezclan y cruzan, en un juego político que casi nos arrastra a todos, nada más decepcionante, nada más insoportable. Incontables historias que se encuentran y desencuentran, creando una maraña, cuyo único protagonista es la vida misma.

A cada uno de nosotros nos tocan determinados papeles de los cuales unos nos gustan más y otros menos, de tanto jugar este juego, llegamos a identificarnos con el hormiguero frenético de la política que nos absorbe.

Sin dudas, que nos enreda esta increíble trampa de la política. El hombre dispone de muchos medios que le permiten la sensación de estar vivo, de ser reconocido. Ahí, está el detalle, nos ponemos a merced de la política miserable, clientelista, de una forma u otra. Y creemos tener en manos un arma fundamental, como si nos diera el poder de una licencia para ser dueño de la situación aunque sea recibiendo golpes, hasta el colmo de aceptar que a nuestra reputación la hagan pedazos. A veces, esto no importa, es sólo el desenfrenado afán de búsqueda de poder lo importante.

El interés de querer obtener poder, en ocasiones se hace compulsivo, de una manera tan potente que se pierde el control, porque se ignora en ese mismo juego la vulnerabilidad, ante los demás. Así, el político no se da cuenta que la cosa cambió, desconoce que es otro el abanico de posibilidades… sería este es el panorama?…yo soy un agresivo, léase deprimido, rebelde, dependiente, víctima, enfermo, loco, incapaz, vencedor, distraído, superior, perdedor, ganador, o el personaje que sea. En definitiva, lo que se necesita es, encontrar equilibrio en cada acto.

El Nacional

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