Locos de remate
El mundo se mueve con rapidez.
El ritmo de la vida es vertiginoso, hay que replantearse nuestra relación con el tiempo. Pienso, que es posible vivir sereno, con mas sosiego; se puede ser más productivo sin esa desesperación que nos atrapa, a veces, no podemos resistirnos al impulso de apresurarnos para hacer el resto de las cosas que figuran en agenda: la comida, el correo electrónico, leer, hacer compras, revisar facturas, trabajar más, las noticias, y un gran etcétera.
El otro día, una amiga le hablaba a otra, a la salida de un mercado, mientras con calma le explicaba algo; esta amiga iba volando como una chichigua eléctrica ¿Falta de tiempo o esnobismo? Así pues, a primera vista, la gente anda a grandes zancadas como si se fuera a morir mañana, de carrerillas. Podría existir algo mejor, evoco un trozo de una obra. ‘’Si quieres conocer tu pasado, mira el presente que es el resultado; si quieres conocer tu futuro, mira el presente que es la causa’’.
Creo, que en ocasiones, nos volvemos ‘’locos de remate’’ por llevar la vida tan apresurada… renunciamos a lo que somos por lo que esperamos alcanzar.
Hoy, la mayoría de las personas quedan prisioneras del mismo vórtice, colegas, amigos, familiares, desconocidos; estos se reflejan arrastrados por esta enfermedad del tiempo, pertenecemos al mismo culto de la velocidad del tiempo como si el grande se come al pequeño y los rápidos a los lentos.
Sin dudas, la vida esta ajetreada, es una carrera contra el reloj, es como una segunda naturaleza. Pero se puede ahorrar tiempo y lograr la máxima eficiencia… La evolución opera sobre el principio de la supervivencia de los más aptos, no de los mas rápidos. No olvidemos, quien gano la carrera entre la tortuga y la liebre, dejemos de ser goma elástica hacia el punto de ruptura.
