Opinión

Precisamente

Precisamente

Atropello imperdonable

 

 

A cada momento el hombre descubre nuevas tecnologías. A veces, casi todo se reúne en un sólo elemento y puede ser conducido por un mismo medio a velocidades increíbles.

Somos testigos de la inteligencia cibernética.

Existe una sociedad comunicacional en micro-segundos. Ahí está, el papel que juegan los satélites.

Se minimiza la distancia; todo ocurre rápido.

Podemos ver, escuchar, hablar, intercambiar información y estudiar sin dar un solo paso. Del mismo modo, el panorama presenta un amplio mercado de opiniones con rumbo variable, donde lo que influye es la moda; como una mezcolanza. Hay un vértigo de etiqueta e imitación, competencia desleal y las más diversas ofertas económicas, de lo que no se escapa la política. Es un descaro enorme que nos arropa a todos en este país, y nos obnubila para entender como suceden las cosas, así,

Se necesita una visión de conjunto y sobre todo un buen olfato para el que oye o ve.

El auge del tema actual, Haití y Republica Dominicana que trasciende los límites, en gran medida es consecuencia de la desintegración originada por opiniones cruzadas que vivimos entre unos y otros, cada vez, mas divergentes, porque además de la complejidad y exceso que ya cometen los vecinos hasta irrespetar nuestros símbolos patrios, y de hecho, al confrontarnos tanto, nos entretenernos demasiado e ignoramos la agudeza de algunos organismos internacionales que han creado a veces, de una manera subrepticia, y otras, de forma descarada, todo tipo de contrariedad y conflictos entre ambos países. Son esas profundas diferencias económicas, políticas, sociales y culturales que persiguen propósitos indeseables, como pescar en rio revuelto. Seamos cautos y manejemos la ecuanimidad para con inteligencia y determinación firme dar respuesta al atropello imperdonable de los haitianos a nuestra dignidad.

La exigencia, como requisito nacional es crear conciencia realmente patriótica con un sentido común, de verdaderos principios que es el supremo valor de defender cueste lo que cueste la soberanía nacional.

El Nacional

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