Opinión

Presencia economica

Presencia economica

 

¿Quién da más?

El Banco Mundial acaba de publicar un informe titulado “Alerta sobre precios de los alimentos” donde revela que los valores de estos productos se incrementaron alrededor del 4 por ciento a nivel mundial durante el cuatrimestre enero-abril del presente año, cuestión que se asocia a la producción y distribución de los alimentos.

En el planeta se produce el doble de la cantidad de alimentos que se requiere para satisfacer la demanda de la población mundial, entrando en juego las prácticas de distribución y los niveles de ingresos necesarios para que la población asista al mercado en busca de los alimentos.

Las revoluciones científicas y tecnológicas que incidieron en el aumento de la producción de alimentos también se asocian al desarrollo de la esfera del comercio, mediante el cual los canales de distribución pasaron a ser controlados por intereses de corporaciones transnacionales bien definidos.

Y es que como sostiene el periodista norteamericano Paul Roberts en su obra “El hambre que viene” (2009): “Los alimentos dejaron de ser simplemente una necesidad para convertirse en una mercancía y su producción se fue separando del sustento y se orientó cada vez más a la competencia por los beneficios”.

Porque está comprobado matemáticamente que la permanencia del hambre en nuestro planeta está asociada a la mala distribución de la riqueza creada y a la vigencia de relaciones sociales que consolidan las diferencias en el nivel de vida entre los habitantes de los países desarrollados y los subdesarrollados.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostiene que durante los años 2011-2013 alrededor de 842 millones de personas (algo así como una por cada ocho personas) padecieron hambre crónica, lo que significa que no comían lo suficiente como para llevar una vida activa. La cifra resulta inferior a la registrada en los años anteriores, pero no deja de ser reveladora de la gran desigualdad y exclusión social prevaleciente en el mundo.

América Latina y el Caribe registra una mejoría en las cifras del hambre. En los últimos veinte años la cantidad de personas que padece hambre ha disminuido al pasar de 65 millones de seres humanos en 1990-1992 a unos 48,8 millones en 2010-2013.

Las políticas encaminadas a aumentar la productividad agrícola y la disponibilidad de alimentos, especialmente cuando van dirigidas a los pequeños agricultores, pueden permitir reducir el hambre incluso allí donde la pobreza es generalizada.

En el caso concreto de la República Dominicana organismos internacionales reconocen los avances registrados en la producción de alimentos agropecuarios a tal punto que alrededor del 80 por ciento del abasto alimenticio criollo es provisto por el sector agropecuario nacional.

Conviene destacar el innegable apoyo institucional que ha venido ofreciendo el presidente Danilo Medida al desarrollo de la producción y comercialización de los alimentos mediante la práctica innovadora de visitas no anunciadas a productos medianos y pequeños del campo nacional, método que ha sido valorado por la FAO y que desea su proyección en otros países del mundo.

Pero al llegar a este punto una verdad se impone: mientras los países importadores netos de alimentos tienen que disponer de más divisas para la compra de alimentos tendente a satisfacer el consumo humano, las economías de la región exportadoras de bienes agropecuarios persiguen la permanencia de precios elevados para sus exportaciones de alimentos y materias primas agropecuarias.

El Nacional

La Voz de Todos