Que los hoteles han transformado los paisajes y la economía de la República Dominicana. Que en las zonas turísticas conviven extranjeros, dominicanos y haitianos. Que allí hombres y mujeres viven de sus cuerpos que ofrecen a los turistas. Cosas sabidas y repetidas hasta la saciedad. Sin embargo, hasta la fecha, nadie ha presentado de manera tan sutil como el francés Jean-Noel Pancrazi en su novela Los dólares de arena, las emociones, los deseos, los sueños y las frustraciones de todos aquellos que el destino y un orden económico desigual reune en nuestras costas.
Los dólares de arena , puesta en circulación anoche en la Alianza Francesa, es la novela de un amor frustrado. El narrador, un francés de edad madura, se enamora de Noelí, un joven dominicano casado. Entre ellos se teje una relación alimentada por el dinero que el narrador entrega a su amante cada vez que se encuentran. _ ¿Venía por el dinero?-, se pregunta el narrador. – Sí, claro-, responde sin rodeos, descubriendo al mismo tiempo que el intercambio de favores sexuales por dinero no se reduce a una simple transacción monetaria e implica siempre sentimientos que afectan a las partes involucradas. Jean-Noel Pancrazi escribe con pudor y respeto. No recurre nunca a las palabras empleadas habitualmente para describir el universo que habitan sus personajes: prostitución, turismo sexual, homosexualidad, porque sabe que estas encasillan, nublan la comprensión. Observa, narra sin juzgar y nos presenta con una frase amplia que abarca las contradicciones, una galería inolvidable de personajes, un retrato sin concesiones y tierno de nuestro país y del mundo en el que vivimos.
