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La sorpresiva muerte del doctor Franklin Franco, acaecida ayer en su residencia de Gazcue, a causa de un fulminante infarto cardíaco, consterna a la sociedad dominicana, a la que el patriota, historiador, profesor, sociólogo y gestor cultural sirvió con amor y pasión.

Perseguido desde muy joven por los tentáculos de la tiranía de Trujillo, Franco vivió exiliado por muchos años en Puerto Rico, Venezuela, Cuba y Estados Unidos, hasta su regreso en 1962, cuando se integró de lleno a las labores políticas, docentes y de investigación social. Recio intelectual, militante de izquierda, figuró entre los fundadores del Partido Unión Patriótica, que procuraba la unidad monolítica del movimiento revolucionario.

 Su librería ubicada en la zona universitaria fue peña y fuente de instrucción y conocimiento para miles de estudiantes humildes que obtenían libros valiosos por unos cuantos centavos. Editor de la Enciclopedia Dominicana, el doctor Franco contribuyó con la educación política y académica de toda una generación a través de la investigación, promoción del libro y propios escritos sobre temas políticos e históricos. Ha muerto un hombre bueno, ciudadano ejemplar y un maestro en todo el sentido de la palabra. Paz a sus restos.

El Nacional

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