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Rectas duras y pegadas

Rectas duras y pegadas

Recuerdo siempre la frase de que “el que mata a hierrazo, no muere a sombrerazo”, cada vez que se le invierten los papeles a quien en un momento determinado se comporta como verdugo.

Los seres humanos somos reincidentes en este tipo de comportamiento, porque en la mayoría de los casos nos mueve el sentido de la oportunidad que impide ver más allá y aceptar que la vida es dialéctica… lo de “hoy por ti y mañana por mí”.

De esa manera veo yo hoy la reacción que tuvo nuestro baloncestista Charlie Villanueva, quien usó su cuenta de Twitter para de manera categórica decir que no jugará con la selección nacional “para que no le mientan como le hicieron el año pasado”, al conocer que fue convocado por la Federación Dominicana de Baloncesto, Fedombal.

La euforia de la empresa que maneja la selección y la irresponsabilidad y falta de visión de la Fedombal, provocada por la contratación y presencia del cotizado técnico norteamericano John Calipari, posibilitó que se consumara una injusticia injustificada por sólo pensar en el momento y complacer al dirigente quien descartó a Charlie, sin pensar que más adelante, como ahora, sería necesaria su presencia en el plantel.

Parece que se les olvidó o apostaron a que el tiempo le hiciera olvidar ese episodio a Villanueva, que lo marginaron del equipo nacional que no pudo clasificar a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, porque según John Calipari… ironía de la vida, ahora Calipari no está y necesitan de Charlie.

La manera como se manejó el caso de Charlie el año pasado me hace pensar que tanto Fedombal como la empresa que maneja la selección sólo pensó en lo que convenía en el momento, sin visión para el futuro, porque la verdad ha de ser dicha, Charlie Villanueva y Josh Asselin no se parecen ni hablando mentira.

Hoy se atreven con la cara dura a catalogar la decisión legítima del jugador de no jugar después de ser desconsiderado, como que le está dando la espalda al país y que desprecia la selección para crearle una atmósfera negativa de opinión pública, que bien se le puede aplicar a Fedombal y compartes por su falta de visión y mal manejo del caso.

Mi apoyo a Villanueva por demostrar que tiene dignidad, enfocándose en su carrera de NBA que entra en su último año de contrato y en su familia, Doris Mejía, don Roberto y sus hermanos, que de seguro jamás lo van a marginar ni le darán la espalda por conveniencia de momento.

 

El Nacional

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