Los transportistas organizados en empresas choferiles amenazaron con realizar una huelga para obtener mayores beneficios para sus respectivos grupos, que se benefician ampliamente de los fondos del Estado. Los auténticos gremios choferiles dejaron de existir en el país.
Hace varias décadas existió la Asociación de Choferes Independientes (ASOCHOIN), con sede en la avenida Mella. Esta entidad llegó a paralizar el transporte varias veces en repuesta a la represión del gobierno de facto del Triunvirato. Convertida en UNACHOSIN, concitó el respaldo de los sectores populares.
Las huelgas de choferes eran fuertemente reprimidas, primero utilizando a los llamados cascos blancos y luego a los cascos negros.
Al paso del tiempo, los paros fueron promovidos para obtener beneficios para las organizaciones que se convirtieron en entidades empresariales, manejando cuantiosos recursos económicos y recibiendo subsidios, exoneraciones y vehículos de los gobiernos, no importa que su tinte sea colorado, blanco o morado.
Los gobiernos han beneficiado a los empresarios del transporte perjudicando al pueblo dominicano. pues se paga una elevada suma por ruta y se encarecen los productos de primera necesidad. Es injusto que el subsidio de combustibles a los transportistas ascienda a RD$3 mil 222 millones de los fondos del Estado.
Esa compensación, que iba a ser temporal, se convirtió en permanente. El sacrificio tributario lo utiliza el gobierno para mantener apaciguados a esos empresarios, a fin de impedir que paralicen el tránsito.
El Bonogás se ha convertido en otro mecanismo para engrosar los bolsillos de los dueños de los vehículos públicos, que, por esta vía, han recibido RD$2,332 millones en los últimos cuatro años. A este enriquecimiento legal de los propietarios de autobuses y carros de concho, se agregan dos pesos que se les entregan por cada galón de gasolina que se vende al consumidor.
