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TRUJILLO

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Merengue y clase social
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Merengue es ritmo corpóreo e identidad nacional, fue el primer aporte investigativo de color vivencial que concreté en la natura histórica del pueblo dominicano. El cineasta, actor y profesor universitario José Maldonado nos conversó en el análisis; “que debí incluir a Trujillo como defensor de este género musical y subestimado por la clase alta del país”.
Realmente, un tanto, adrede excluí al sátrapa dominicano, porque nuestro interés era hacer el planteamiento con base esencial al merengue en la contextualización de un ensayo etnológico.
En esta entrega, le precisé, al amigo, hermano e intelectual Maldonado, que Rafael Leónidas Trujillo Molina, quien desde 1930 al 1961 estableció en la República Dominicana una de las dictaduras más férreas y absolutas que se hayan establecido en América Latina, “fue determinante en el desarrollo del merengue. Comprendió que las formas expresivas rurales podían servir de símbolos efectivos de identidad nacional”.
En 1930, Francisco Antonio Lora Cabrera (Ñico Lora) y Antonio Abréu (Toño Abréu), en sus giras entonaron merengues loándolo y criticaban sus actuaciones. Luis Alberti, dijo: “Trujillo usó el merengue… a cada pueblo que llegaba con esa misión lo acompañaba un cuarteto típico, cantándole a sus futuras glorias y promesas”.
El tema “Horacio salió”, compuesto en 1930, interpretó correctamente la naturaleza del régimen de Trujillo y celebró la salida del presidente Horacio Vásquez.
Trujillo Molina nació de una familia de clase media baja en el pequeño pueblo sureño de San Cristóbal, en 1891. Su padre tenía un negocio y su abuela materna era muy influyente en la población. Rafael Leónidas, de joven, fue operador de telégrafos, pesador de caña, guarda campestre (administrador) en una plantación de caña de azúcar en el Ingenio Boca Chica. Comandante militar en el Cibao y combatiendo insurgente en el Este.
En el 1928 obtiene la promoción a jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional y pronto se hizo el hombre más poderoso del país, convirtiendo el ejército en un instrumento de poder personal.
Mediante el engaño, el fraude electoral y con violencia logró ser presidente de la República Dominicana en 1930. Las libertades civiles fueron suspendidas y la intimidación ejercida por el Estado, suprimió a quienes representaran alguna amenaza para el régimen.
Todos los dominicanos y dominicanas debían rendir reconocimiento al benefactor, como se le conocía a Trujillo Molina. Para nada le interesó mostrarle al mundo los adelantos de la administración pública. Por eso, en el 1951, con la Ley 2680 decidió suprimir la Comisión Nacional de Servicios Civil.
Trujillo Molina, como hemos indicado, no era del Cibao, adoptó la música de esta región como símbolo nacional, de su “status” o “in situ” de caudillo que transcendió en todo el país. Concretamente: la cultura expresiva.
Maguá Moquete Paredes, Dr. Ph.D., periodista, analista social y geopolítica

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