Cada año con la llegada del fin de clases llega también el tiempo libre para los más pequeños, y es en ese inicio de las vacaciones de verano que las instalaciones del Centro Cultural Mauricio Baéz son secuestradas por la diversión y las risas inocentes de cientos de niños que acuden a participar en su campamento.

Un total de 1,250 niños, niñas y adolescentes de Villa Juana y zonas aledañas, divididos en 800 en la Fundación Mauricio Báez y 450 en el Oratorio Sagrado Corazón de Jesús, fueron acogidos durante tres semanas en estas entidades para vivir un verano de aventura “Expresando su creatividad”.

Bajo las orientaciones de más de 500 voluntarios, los infantes con edades de 5 a 14 años, agotaron un entretenido y educativo programa de actividades, que incluyó eventos recreativos, deportivos, artísticos, culturales, ecológicos, formativos y de capacitación como: danza, pintura, barro, flauta, teatro, cine, canto, origami, manualidades, fotografía, audiovisual, ajedréz, baloncesto, atletismo, voleiball y fútbol.

César Heredia, director de la fundación, entrevistado para Qué Pasa! dijo sentirse “muy agradecido con la gran acogida que ha tenido nuestro quinto campamento de verano, el cual es totalmente gratuito gracias al apoyo de varias instituciones y empresas amigas”.

La planeación y organización del mismo tiene una duración de dos meses, tiempo en el que realizan el programa de actividades y se reúnen con los padres de los niños para ponerlos al tanto de lo que sus hijos aprenderán en el campamento.

El directivo de la entidad tiene muy en claro que trabajar con niños es muy delicado por lo que no solo se preocupó que los dias de los pequeños sea inolvidable, al final de cada jornada realizaba junto a los voluntarios una evaluación del día sobre el desarrollo de los niños ante las diversas actividades y talleres que se imparten.

Para la conclusión de esta edición 2017 se realizó una exposición colectiva de todas las creaciones elaboradas por los pequeños, quienes a través de esta, le mostraron a sus padres y moradores de Villa Juana que vivieron un campamento sin límites lleno de imaginación y creatividad.