Opinión

Un globo de ensayo

Un globo de ensayo

Parece que para sazonar las frías fiestas navideñas se necesitaba de alguna comedia que pudiera servir de animación a la opinión pública, que no es ni más ni menos lo que representan las inauditas declaraciones  del vicepresidente Rafael Alburquerque de que está listo para optar por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en caso de que el presidente Leonel Fernández no encuentre la forma de repostularse en 2012.

Tras culpar al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de la falta de voluntad del Gobierno para cumplir la ley que asigna el 4 porciento del Producto Interno Bruto (PIB) a Educación, Alburquerque se ha evidenciado como un político sectarizado, carente de perspectiva. Como si se tratara de una monarquía, se ha colocado en el orden sucesoral bajo la consigna de que después del 1, va el 2, sin el trabajo de mojarse los pies.

La consigna traduce la falta de discurso y justifica que haya tenido que plegarse, en detrimento de su trayectoria, para sustentar unas aspiraciones que, a todas luces, representan un globo de ensayo.

 Su irrupción parece más bien parte de una estrategia con el propósito de desviar la atención pública, distraer sobre el ascenso que las encuestas reconocen a Danilo Medina o crear un ambiente de confusión para justificar la intervención del Presidente como figura salvadora del peledeísmo. La tarjeta Solidaridad, cuyo número de beneficiarios paradójicamente aumenta en lugar de disminuir en proporción al crecimiento de la economía, está lejos de sustentar una candidatura, por más que el programa se pueda utilizar como instrumento de campaña.

Alburquerque no cuenta con base, y si el Presidente lo impone, entonces propiciaría la división del peledeísmo, que tiene  figuras con muchas condiciones, entre las que brilla con luz propia José Tomás Pérez, aunque la realidad indica que los liderazgos más sólidos los sintetizan Leonel y Danilo.

El Nacional

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