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Un niño haitiano muestra dignidad

Un niño haitiano muestra dignidad

DAJABON. Eran las 5:30 de la tarde del viernes 9 de enero, y Mario Terrero, el más veterano fotógrafo de El Nacional, descansaba en uno de los bancos del polideportivo de aquí, cuando se le acercó Nicolás, un adolescente haitiano que se gana la vida limpiando zapatos. Después de ofrecer sus servicios y de discutir durante diez minutos con Terrero, sobre los mejores cepillos para lustrar calzados, el menor haitiano y el fotógrafo concordaron en que los mejores eran los que se fabrican a mano en Haití.

“No son plásticos como los que hacen aquí, sino de pelo de caballos”, argumentaba el jovencito que vive en Juana Méndez y estudia en una escuela básica dominicana de esta ciudad.

Tras quince minutos de conversación Mario Terrero le entregó al adolescente haitiano una pequeña suma de dinero, más 30 pesos para que llegara a su país y le comprara dos cepillos de fabricación haitiana.

“Estamos en el hotel Raydan, me puede llevar los cepillos ahí”, dijo el veterano fotógrafo al joven haitiano, quien con dinero en mano, levantó el pulgar derecho prometiendo cumplir el encargo.

“Terrero, un sanjuanero de mil batallas acaba de ser engañado por ese mozalbete haitiano”, pensé hacia mis adentros, mientras nos retirábamos hacia el hotel donde estábamos alojados.

Pero a las 6:20 de la tarde la sorpresa fue enorme cuando Nicolás llegó al hotel mojado, con sus pantalones salta-charco y sus sandalias de gomas húmedas, pero con los cepillos en las manos.

“¿Por qué llegaste tan mojado?, le preguntó Mario Terrero al adolescente, quien respondió que al retornar a entregar los cepillos, la puerta de entrada en la frontera había sido cerrada, por lo que no tuvo más remedio que lanzarse al río y cruzar para llegar a territorio dominicano.

Con esa acción, Nicolás, el joven limpiabotas haitiano, demostró una gran honestidad y que no todos los pobres y humildes son deshonestos. Demostró además, que el ciudadano haitiano puede estar hambriento y muy necesitado, pero ser honrado y vivir con mucha dignidad.