Nueva vez el teatro hace de las suyas. El teatro, cual cuerpo que toma miles de formas y dimensiones distintas, adopta géneros y variables que tornan su oferta de infinitas experiencias.

Esta vez nos convoca al altar del escenario, “Un tonto en una caja”, teatro de la farsa, que permite el despliegue de tres actuaciones, como es propio del estilo hiperbólico, exageradas y graciosas, llevando a buen puerto la entrega de un concepto sobre arribismo social, sociedad de clases, competencia, acertijos y justicia hecha por las minorías.

Miguel Lendor (Papachín) y Patricio León se entregan a sus personajes con buen resultado escénico, pero quien nos impacta por su expresividad corporal y su manejo de la voz y la mirada, es Noel Ventura.

Papachin (el notable) evidencia veteranía como personaje eje de las acciones apoyado por su gestión de gestos y actitudes, mientras que Patricio León (el intelectual) hace más que cumplir con su responsabilidad, añadiendo a su personaje la gracias y el color necesario para llevarlo al buen ánimo del público.

El papel de Ventura (el pequeño) merece una consideración aparte en tanto figura joven que se abre paso, al filo de una actitud que persigue arrancar mas que la risa y el aplauso.

Este artista tiene garra artística afilada. Sus condiciones, tal cual lo vemos ahora, le deben asegurar un lugar privilegiado en la generación teatral de relevo. La pieza deja claras y aleccionadoras orientaciones al diferenciar con buena perspectiva, que lo determinante para ganar los episodios de la vida, radica en la inteligencia y la actitud.

A Claudio

Las funciones de Un tonto en una caja fueron dedicadas por Producciones Noventu, al director -fundador de Teatro Guloya, Claudio Rivera, en reconocimiento de sus aportes al teatro independiente.

EL DATO

Funciones
La puesta en escena “Un tonto en una caja” continúa sus funciones este fin de semana hasta el domingo 8 de julio en Teatro Guloya.