Los padres sentimos orgullo cuando al llevar nuestros hijos al colegio los vemos caminar hacia su centro escolar, limpios, olorosos, impecables, con sus zapatos y mochilas relucientes.

Pero la angustia comienza a mitad de semana cuando vemos que estas características ya no resaltan. Es imposible que los uniformes y útiles se mantengan como el primer día, pero podemos lograr que se vean lo mejor posible. Es importante hacerlos parte de las medidas de higiene que se utilizan.

Lo ideal es, si sus uniformes son blancos o de colores claros, que tengan varios, de acuerdo a nuestras posibilidades, para que puedan ponerse otro, en caso de cualquier accidente que los ensucie.

Los uniformes de deporte, que son los que más se sudan, también deben ser dos, por lo menos el sueter, para garantizar que no vayan sudados y oliendo mal. Si al uniforme se le pega alguna manchita trata de quitarla desde que la veas, porque mientras más tiempo pase, más difícil será hacerlo. Si se mojan los zapatos, coloca en su interior papel absorbe